domingo, 25 de septiembre de 2016

Carta de la superviviente de la prostitución alemana Huschke Mau a la ministra Schwesig

Testimonio de prostitución



Carta de la superviviente de la prostitución alemana Huschke Mau a la ministra Schwesig
4/7/2016
Texto original en alemán: http://www.feministischepartei.de/fileadmin/datensammlung/dokumente/2015_04_Brief_an_Schwesig.pdf_
Traducción: Concha Hurtado


Huschke Mau


Huschke Mau
c/o Kofra
Baaderstraße 30
80469 München

A la Ministra Manuela Schwesig
Ministerio de Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud.
Glinkastraße 24
10117 Berlin
    
                                                        Estimada Señora Ministra Schwesig

Me dirijo a usted con este escrito porque he visto que en el proyecto de reciente publicación de la reforma de la Ley de Prostitución está claramente marcado el sello que distingue a los grupos de presión de los burdeles y el proxenetismo. Por ello quisiera pedirle que ahondara en la realidad del barrio rojo en lugar de seguir escuchando a personas que cuentan el cuento de putas felices autoafirmadas.

Quisiera en primer lugar presentarme brevemente: soy una superviviente de la prostitución, en la que he pasado 10 años. Así que sé bien de lo que hablo. Las razones para mi entrada en ella fueron varias: una familia biológica dificil, en la que a través de violencia masiva, también de índole sexual, contra mi madre y contra mí, resulté traumatizada. Contribuyeron asimismo, en aquel momento, los cuentos masivamente difundidos de prostitutas felices, una necesidad financiera ineludible y la falta de ayuda social y psicológica.

Sí, si usted asi lo quiere, he entrado voluntariamente; soy una de las harto citadas prostitutas voluntarias, pero ¿qué hay de voluntario, señora Schwesig, cuando una persona traumatizada por un abuso infantil toma esta decisión? Para mí la prostitución era un ascenso, en el que aprendí que yo, debido a que soy una chica más o menos indefensa y sin derechos, seré sexualmente abusada, y por lo tanto, así podría al menos tomar dinero por ello y asegurarme así mi supervivencia y limitar el número de abusadores.

Si ahora usted piensa que yo pueda ser un triste caso aislado, debo tener que contradecirla. En esos 10 años he conocido a muchas prostitutas, y no hubo ni una entre ellas que no hubiese sido abusada de niña, golpeada o violada de adulta. Con estrés psicológico, con el trauma volviéndose a repetir una y otra vez en la prostitución y con el sentimiento de autoestima destruido debido a los actos violentos, así es como he visto a muchas prostitutas. Sobre la violencia del barrio rojo o las cosas que nos hacen los “clientes” que usted no querría imaginar ni en sus peores sueños, no quiero empezar a detallar aquí. Esas son las realidades del barrio rojo, señora Schwesig, las que se refieren solo a “prostitutas voluntarias”, y sí, también ellas sufren su estrés postraumático, su disociación, su adicción al alcohol o las drogas, porque no lo pueden soportar. Del 90% de todas las prostituidas en este país que no son alemanas, quisiera hablar aún menos. Su fantasía será suficiente para imaginarse como son las circunstancias en las que viven.

El pasado noviembre escribí una carta abierta porque no podía soportar durante más tiempo que el lobby pro-prostitución contara historias tales como la de la puta libre y autodeterminada. La he adjuntado a este escrito, en el caso de que quiera usted leer como es en realidad prostituirse.
¿Por qué tan pocas veces ha oído todo esto? En primer lugar, porque el lobby pro-prostitución nos intimida (desde que publiqué la carta recibo e-Mails malvados, he sido insultada y amenazada); y en segundo lugar, porque las superviventes estamos demasiado traumatizadas para hablar.

Le ruego encarecidamente, por tanto, que se informe sobre quién está detrás del lobby pro-prostitución. En la revista "Der Spiegel" hubo recientemente un artículo sobre ello.

En la muy buena página web de trauma y prostitution puede seguir informándose sobre como actúa la prostitución con las mujeres. O lea el libro de la superviviente de la prostitución Rachel Moran “Was vom Menschen übrig bleibt”/ “Lo que queda del ser humano”, que dibuja claramente las realidades del barrio rojo.

También muchas mujeres que no se prostituyen se ven afectadas por la prostitución, pues los puteros que son sus maridos, llevan al dormitorio lo que han aprendido en el burdel, es decir, a despreciar a las mujeres, a comprarlas, a torturarlas. La sociedad está brutalizada, señora Schwesig, es un bucle sin fin: si la prostitución es legalizada, aumenta la demanda (porque los hombres aprenden que está bien comprar el cuerpo de las mujeres, transgredir los límites, tener poder para abusar). La trata aumenta para cubrir la demanda (con lo que hay todavía mas tráfico de mujeres) y de nuevo se acrecienta la aceptación de la prostituciçon en la sociedad, la demanda sube de nuevo, etc.

Actualmente el 90% de los hombres alemanes ha estado ya en un burdel. Uno de cada tres lo hace regularmente. Sabe usted lo que pasa por sus mentes, señora Schwesig? Yo lo sé, porque lo he experimentado en la habitación de un prostíbulo, y los hombres que hoy estrechan su mano amablemente, mañana escupen a una prostituta en la cara durante el acto, gozan con su asfixia cuando deben tragarse el esperma y aprenden a sentir placer al torturar mujeres.

Por favor, no lo permita! Usted es miembro de la Agencia de Protección a la Infancia, no puede querer que debido al abuso y la violencia, niñas traumatizadas se conviertan en prostitutas, que tengan que experimentar todo aquello de nuevo una y otra vez. A través de la legalización los hombres aprenden que todo esto está bien. ¿Quiere vivir en una sociedad así? Esa no puede ser su visión!
No habrá nunca una sociedad con equidad de género mientras los hombres puedan comprar mujeres y puedan abusar de ellas. Y no hay ninguna prostitución “limpia”.

Le ruego encarecidamente que no se informe sólo por los/las defensores/as de la prostitución (que en su mayoria son dueños de burdeles o son controladas y financiadas por ellos) escarbe mas en la ciénaga y se encontrará con los traficantes de personas y la delincuencia organizada; escuche también a psicoterapeutas especialistas en trauma y a supervivientes. El lobby de la prostitución no habla por nosotras, las prostituidas y exprostituidas! Este lobby consiste en no más de 100 personas, que a nosotras, las 300.000 prostituidas en Alemania, no nos representan, sino que nos intimidan y trabajan contra nuestros intereses.

Nosotras no queremos hacer este “trabajo”. No necesitamos ninguna legalización. No necesitamos a los que sostienen que no queremos registro, ni obligación de usar condón, etc.
Lo preferible para nosotras seria que no tengamos que hacer más este “trabajo”. Y que los hombres que abusan de nosotras fueran castigados. Necesitamos alternativas, no un desenfreno aun mayor de las destructivas y deshumanizantes fuerzas que se mueven en el barrio rojo (y con ello tambien en la sociedad).

Querida señora Schwesig, no hace tanto tiempo que lo dejé: tres años. Con 18 tuve mi primer “cliente”.
¿Sabe lo que a lo largo de los diez años que estuve en la prostitución, en los que he sido golpeada, violada, retraumatizada, despreciada, deshumanizada, enfermada en cuerpo y espíritu, hubiera necesitado mayormente? : Ayuda y una sociedad sensibilizada con el tema, que no me suponga gozando de la vida y divirtiéndome además con todos los abusos del barrio rojo.

No conozco a ninguna prostituta que lo haga libremente. No conozco ninguna exprostituta que no tenga estrés posttraumático. Todas las mujeres que conozco han sido destruidas en la prostitución.
Por favor, no se deje engañar por las mentiras del lobby proxeneta por más tiempo. Hable con personas que no estén controladas por los hombres que se benefician del “abastecimiento” de sus burdeles con víctimas de tráfico de seres humanos y con mujeres traumatizadas o por las mafias que traen a estas mujeres a los burdeles.

Por favor, abola la prostitución, es inhumana e indigna del ser humano. Y si a usted eso no le es posible, coártela tan fuerte como sea posible (registros, etc) . Que no continue más una situación que ha convertido a Alemania en “El Dorado” de puteros y proxenetas. Como ministra no puede desear eso para las mujeres. Esto está pasando cada día, y con ello hay también hombres que torturan, maltratan y aprenden a despreciar a mujeres que no son prostituidas. Está entre nosotros. ¿Sabe usted lo que está pasando en los burdeles y en las casas-burdeles de un par de calles mas allá?

Por favor, no deje de insistir, no se desentienda. Necesitamos una prohibición de la compra de sexo y en el camino hacia ello una fuerte restricción, la más fuerte que pueda imponerse.

Muchas gracias por haber leído mi carta.
Le deseo lo mejor.
Huschke Mau



Traducción: Concha Hurtado. Arquitecta Técnica residente en Alemania. Activista y ex-Vicepresidenta de Iniciativa Feminista de España.
Fuente






lunes, 12 de septiembre de 2016

Quince años en la carretera: "Trabajar en esto te mata"

Testimonios de prostitución


Quince años en la carretera: "Trabajar en esto te mata"
María es de las pocas españolas que sobrevive vendiendo su cuerpo en la N-2, copada por bandas del Este
Guillem Sànchez / Barcelona
16 de agosto del 2016 -

María (no es su nombre real) es una de las pocas, si no la única, española que queda ejerciendo la prostitución en la carretera N-2 a su paso por Girona. Su puesto se encuentra cerca de la frontera invisible que separa esta provincia de la de Barcelona. Hace dos años sufrió las amenazas de otras trabajadoras sexuales, procedentes de Europa del Este. Se presentaron armadas con un palo para que abandonara la zona. Según fuentes policiales, llegaron a apalearla. Ella, sin embargo, no habla de este incidente. Se ha convertido en una silueta reconocible para muchos conductores que circulan diariamente por esta vía desde hace mucho tiempo.

-¿Cuántos años lleva ejerciendo la prostitución? Desde que murió mi marido, hace más de 15 años. Me dejó con dos hijos y no supe buscarme otra forma de ganar dinero para cuidar de ellos. Se murió porque fumaba mucho. El tabaco es muy malo, se te mete todo en los pulmones.

-¿Antes de qué trabajaba? Recogíamos chatarra. Pero cuando me quedé sola no pude seguir.

Al recordar a su marido, María se señala un tatuaje que luce en el hombro. Es la cara de un hombre, la de su esposo fallecido. En el muslo, muy cerca del sexo que ofrece para ganar un sustento para su familia, tiene otro tatuaje. Es el de la cara de un niño, su hijo.
 
María en su puesto habitual en la N-2. 


-¿Si encontraras un trabajo, lo dejarías? Sí. Estoy enferma.


-¿Qué le ocurre? Sufró del corazón y también de los riñones.

-¿Qué es lo más difícil de trabajar en la carretera? Son muchas horas aquí, todos los días, desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. Y esto te mata.

En su puesto tiene una silla de plástico y una sombrilla de playa. Su piel ha envejecido prematuramente, si es cierto que, como dice, solo tiene 38 años, por la factura que deja tantas horas de exposición al sol. Asegura que no descansa ni durante los fines de semana.

-¿Fue muy dura la primera vez? Mucho. Era una aprendiz y nadie me enseñó cómo tenía que actuar.

-¿Recuerda a ese primer cliente? Recuerdo la situación. Pero no a él. Han pasado muchos hombres desde entonces.

-¿Cuántos coches se paran cada día? Uno o dos, depende del día. A veces no se para nadie.

-¿Quiere que ponga algo en concreto en la noticia? Por si necesita cualquier cosa... No. Lo que sí le pido es que nadie me reconozca. No quiero que se entere mi familia.

-Pero si se deja ver en la carretera todos los días... Sí, pero ellos no son de aquí, no pasan por esta carretera. No quiero que sepan a qué me dedico.

Fuente:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/entrevista-prostituta-espanola-mas-antigua-nacional-2-girona-5328038

Nota: la fotografía es de la noticia original






Dos trabajadoras de la calle contaron su desgracia

Testimonios de Prostitución


Dos trabajadoras de la calle contaron su desgracia
“No somos perros, solo pedimos dejar de trabajar como prostitutas”
Luisa tiene 41 años y tres hijos (dos discapacitados). Irene tiene 25 años, está desnutrida, trabaja
desde los 15 y tiene tres hijos pequeños.
lunes, 25 de julio de 2016

“No somos perros, solo pedimos dejar de trabajar como prostitutas”

Cansadas. Están obligadas a vender y exponer su cuerpo.

Dos historias desgarradoras fueron reveladas por sus protagonistas ante EL ANCASTI. Luisa e Irene trabajan en "paradas" del centro de la ciudad Capital como prostitutas desde hace más de 10 años. Su situación económica es acuciante, ya que no cuentan con recursos para alimentarse ellas ni sus hijos. Piden desde hace varios años la posibilidad de que sus casos sean tomados y resueltos por el equipo de Trata de Personas y tener un trabajo digno, pero las respuestas no llegan.

Luisa contó que "trabaja" desde los 18 años. "Mi mamá y mi hermana me encerraron en un prostíbulo de Andalgalá cuando cumplí la mayoría de edad. Salía de ahí cada 6 u 8 meses y la gran parte de mi plata se la llevaban ellas. Hoy tengo 41 años, dos hijos mayores discapacitados y una más chica que está bien y va a la escuela, pero a veces no tengo para alimentarlos", aseguró.

Luisa contó que en los últimos años por la precariedad de su trabajo tuvo que soportar millones de iniquidades. Desde el abuso policial, al de quienes describió como los "clientes más violentos", que llegaban a apagarle cigarrillos en el cuerpo y forzarla a situaciones impronunciables, hasta las 5 veces que tuvo neumonía y la operación que sufrió luego "de que me reventaran un ovario".




"La gente piensa que a nosotras nos gusta, pero yo no quiero trabajar más de prostituta. Vengo intentando por todos los medios desde hace años para que me den un emprendimiento, un carro panchero. Hasta hice el curso que me dijeron desde la Gerencia de Empleo, pero nunca me lo dieron.

Luisa mostró decenas de cartas que presentó a la gobernadora Lucía Corpacci y al intendente Raúl Jalil, contándoles sobre sus limitaciones y su deseo de ser ayudada y tener un trabajo digno. "Nunca me respondieron", contó resignada.

La historia de Irene es similar. Ella trabaja con Luisa en la misma esquina y tiene tres criaturas pequeñas. Luisa a veces la aloja en su casa, porque ella no tiene donde vivir.

A Irene su madre la expulsó para que trabaje cuando solo tenía 15 años. El Estado ausente permitió que lo hiciera siendo menor. Hoy con sus 25 años y las precariedades en las que se ve inmersa son muchas.

"Se supone que un servicio cuesta 200 pesos, pero a veces y por hambre terminamos cobrando casi nada. Mi mamá me cuida a mis hijos y me cobra por hacerlo, y muchas veces no tengo dónde dejarlos. Yo quiero lo mejor para ellos, pero muchas veces no tengo para darles de comer", aseguró.

Luisa contó que Irene "ahora está gordita", ya que en otras oportunidades y como consecuencia del maltrato del que son víctima en su profesión y el hambre, estuvo muy flaca y desnutrida. "Ella necesita donde vivir. A veces nos ayudaron con algo de ropa o bolsones, pero "hoy no tenemos ni una colchita para los chicos. A nosotras nadie nos quiere ayudar, somos como perros”.

Fuente:
http://www.elancasti.com.ar/policiales/2016/7/25/somos-perros-solo-pedimos-dejar-trabajar-como-prostitutas-305525.html

Nota: la fotografìa esta en el original.