viernes, 15 de marzo de 2019

“Me acuerdo del primer putero que atendí, un pederasta”


Testimonios de prostitución


“Me acuerdo del primer putero que atendí, un pederasta”

DUQUESA DOSLABIOS 17 DE FEBRERO DE 2019

Dentro de la prostitución: conversaciones con la chica X


Hace poco conocí a la chica X. Sabes de quién hablo. Tú también la conoces.  La que vive en un piso de Madrid, de Valencia, de un pueblo de Toledo con cinco mil habitantes o cerca de la playa. Es esa que te cruzas en el supermercado, en el gimnasio, la que podría tener la edad de tu hija, de tu hermana mayor o de tu novia, cualquiera de las mujeres que te rodean. Aunque esta, en concreto, tiene 26 años, y esto es lo que me contó de su oficio, la prostitución.

¿Cómo empezaste en esto? ¿Podrías contarnos tu historia?
Empecé en esto en mi país. Lo hacía en la calle, comencé siendo menor de edad. En mi casa había muchos problemas y me escapé varias veces. Mi casa no era el mejor ambiente para crecer. No veo a mi familia desde hace muchos años.

Me acuerdo del primer putero que atendí. Un viejo al que tuve que masturbar en su coche. Ahora que lo pienso, era un pederasta. Pero a ellos eso les daba igual. Venían a buscarte entre varios, a veces no pasaba nada, otras sí. Una vez me tuve que escapar de un viejo que se había quedado en “modo violador”. Le tuve que apartar varias veces y me fui corriendo del coche porque no se detenía. Hay hombres que se excitan y ya no razonan. Me ha pasado incluso con amigos, o que pensé que lo eran.

Recuerdo los coches pasar, te hacían señas para que te acercaras. La prostitución de la calle debería estar totalmente prohibida por todos los riesgos que corren las chicas allí, a manos de puteros, de “novios proxenetas” y de otras prostitutas. Es un ambiente asqueroso. Y a los puteros les encanta eso, es divertido para ellos ir a buscar prostitutas en la calle. Saben que es ilegal pero van igualmente.

Después de eso terminé en agencias donde te quitaban el 50%. Todas dormíamos en la misma habitación y te cobraban multas por todo: la publicidad, el techo, todo. Al final terminabas prostituyéndote para pagarle la deuda al dueño del chalet. Había muchas menores de edad allí. A mí me rescató un italiano y me trajo a España.

Intento olvidar aquella época, fue la peor de mi vida. No he regresado a mi país, ni pienso hacerlo.




¿Qué es lo más desagradable a lo que te has enfrentado?
En la calle me fui una vez en un coche con varios hombres. No pensé que fuera peligroso y lo fue. No quiero hablar mucho del tema pero bueno ya puedes imaginarte lo que pasó. Cuando se fueron me senté en el borde de la calle, vino la policía por allí y pasó de largo.

Una vez en Benidorm un marroquí, terminó muy rápido. Era eyaculador precoz, le toqué y terminó sin hacer nada. Se puso violento. Pasé mucho miedo también y más sabiendo la fama que tienen. Intentaba empujarlo para que saliera del apartamento, pero me resbalaban las medias de red en el suelo. Le arañé en su cara. Recuerdo mis dedos metidos en sus ojos, se le hundieron. Pensé que iba a quedarse ciego.

Le arañé dentro de la boca. Al final empecé a gritar y se fue. Como tengo las uñas duras creo que le hice daño porque se puso a escupir sangre en la puerta. “No entrará más nadie aquí”, gritaba. Son cosas que pasan a veces.

También vienen hombres muy sucios, con el olor a no sé… cebolla mezclada con ajo que desprenden sus axilas. ¿No se dan cuenta de lo mal que huelen? Te dicen que ya se ducharon antes y es mentira. Una vez tuve que salir a vomitar de lo penetrante que era ese olor.

¿Qué es lo que menos te gusta de tu oficio?
No considero trabajo esto, es un medio para sobrevivir nada más. No terminé de estudiar. Tuve trabajos precarios pero terminaba volviendo a esto. No me gusta estar con gente que me repugna físicamente, pero llega el momento de pagar las facturas y me desespero.

¿Hay algo que te guste?
En algún momento me gustaba algún putero, cuando los veía como personas normales. Luego me di cuenta que están enfermos, tienen una adicción sexual. Se pasan el tiempo viendo webs de prostitutas, buscando una y otra y otra. Basta mirar el móvil de cualquiera de ellos. Un putero que se había mostrado interesado por mí había llamado antes a trece chicas. Yo era la última de la lista. Una semana están contigo y la otra con otra chica. Es una obsesión enfermiza.

Aunque me habría gustado escribirlo en un solo post, la conversación con chica X va para largo, por lo que dejaré para la próxima semana la continuación de su historia.

Duquesa Doslabios.

Fuente: 
https://blogs.20minutos.es/el-blog-de-lilih-blue/2019/02/17/chica-x-entrevista-prostitucion/





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