Testimonios de prostitución
“Me acuerdo del
primer putero que atendí, un pederasta”
DUQUESA DOSLABIOS 17 DE FEBRERO DE 2019
Dentro de la prostitución: conversaciones con la chica X
Hace poco conocí a la chica X. Sabes de quién hablo. Tú
también la conoces. La que vive en un
piso de Madrid, de Valencia, de un pueblo de Toledo con cinco mil habitantes o
cerca de la playa. Es esa que te cruzas en el supermercado, en el gimnasio, la
que podría tener la edad de tu hija, de tu hermana mayor o de tu novia,
cualquiera de las mujeres que te rodean. Aunque esta, en concreto, tiene 26
años, y esto es lo que me contó de su oficio, la prostitución.
¿Cómo empezaste en
esto? ¿Podrías contarnos tu historia?
Empecé en esto en mi país. Lo hacía en la calle, comencé
siendo menor de edad. En mi casa había muchos problemas y me escapé varias
veces. Mi casa no era el mejor ambiente para crecer. No veo a mi familia desde
hace muchos años.
Me acuerdo del primer putero que atendí. Un viejo al que
tuve que masturbar en su coche. Ahora que lo pienso, era un pederasta. Pero a
ellos eso les daba igual. Venían a buscarte entre varios, a veces no pasaba
nada, otras sí. Una vez me tuve que escapar de un viejo que se había quedado en
“modo violador”. Le tuve que apartar varias veces y me fui corriendo del coche
porque no se detenía. Hay hombres que se excitan y ya no razonan. Me ha pasado
incluso con amigos, o que pensé que lo eran.
Recuerdo los coches pasar, te hacían señas para que te
acercaras. La prostitución de la calle debería estar totalmente prohibida por
todos los riesgos que corren las chicas allí, a manos de puteros, de “novios
proxenetas” y de otras prostitutas. Es un ambiente asqueroso. Y a los puteros
les encanta eso, es divertido para ellos ir a buscar prostitutas en la calle.
Saben que es ilegal pero van igualmente.
Después de eso terminé en agencias donde te quitaban el 50%.
Todas dormíamos en la misma habitación y te cobraban multas por todo: la
publicidad, el techo, todo. Al final terminabas prostituyéndote para pagarle la
deuda al dueño del chalet. Había muchas menores de edad allí. A mí me rescató
un italiano y me trajo a España.
Intento olvidar aquella época, fue la peor de mi vida. No he
regresado a mi país, ni pienso hacerlo.
¿Qué es lo más
desagradable a lo que te has enfrentado?
En la calle me fui una vez en un coche con varios hombres.
No pensé que fuera peligroso y lo fue. No quiero hablar mucho del tema pero
bueno ya puedes imaginarte lo que pasó. Cuando se fueron me senté en el borde
de la calle, vino la policía por allí y pasó de largo.
Una vez en Benidorm un marroquí, terminó muy rápido. Era
eyaculador precoz, le toqué y terminó sin hacer nada. Se puso violento. Pasé
mucho miedo también y más sabiendo la fama que tienen. Intentaba empujarlo para
que saliera del apartamento, pero me resbalaban las medias de red en el suelo.
Le arañé en su cara. Recuerdo mis dedos metidos en sus ojos, se le hundieron.
Pensé que iba a quedarse ciego.
Le arañé dentro de la boca. Al final empecé a gritar y se
fue. Como tengo las uñas duras creo que le hice daño porque se puso a escupir
sangre en la puerta. “No entrará más nadie aquí”, gritaba. Son cosas que pasan
a veces.
También vienen hombres muy sucios, con el olor a no sé…
cebolla mezclada con ajo que desprenden sus axilas. ¿No se dan cuenta de lo mal
que huelen? Te dicen que ya se ducharon antes y es mentira. Una vez tuve que
salir a vomitar de lo penetrante que era ese olor.
¿Qué es lo que menos
te gusta de tu oficio?
No considero trabajo esto, es un medio para sobrevivir nada
más. No terminé de estudiar. Tuve trabajos precarios pero terminaba volviendo a
esto. No me gusta estar con gente que me repugna físicamente, pero llega el
momento de pagar las facturas y me desespero.
¿Hay algo que te
guste?
En algún momento me gustaba algún putero, cuando los veía
como personas normales. Luego me di cuenta que están enfermos, tienen una
adicción sexual. Se pasan el tiempo viendo webs de prostitutas, buscando una y
otra y otra. Basta mirar el móvil de cualquiera de ellos. Un putero que se
había mostrado interesado por mí había llamado antes a trece chicas. Yo era la
última de la lista. Una semana están contigo y la otra con otra chica. Es una
obsesión enfermiza.
Aunque me habría gustado escribirlo en un solo post, la
conversación con chica X va para largo, por lo que dejaré para la próxima
semana la continuación de su historia.
Duquesa Doslabios.
Fuente:
https://blogs.20minutos.es/el-blog-de-lilih-blue/2019/02/17/chica-x-entrevista-prostitucion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario