domingo, 6 de junio de 2021

La vida después de la explotación sexual: "Cambié un infierno conocido por otro mucho más incierto"

Testimonio

La vida después de la explotación sexual: "Cambié un infierno conocido por otro mucho más incierto"

Los estremecedores relatos de la víctimas que intentan volver a la sociedad. Cómo se sobrevive a la trata. El miedo a los proxenetas, el desprecio, la falta de contención y de perspectivas para tener un trabajo digno

Por Alejandro Marinelli 16 de diciembre de 2017

“Yo ya había aprendido a naturalizar las violaciones. Pensaba en paisajes, en películas, en una ropa linda. Tenía al tipo encima y mi cabeza volaba a otro lado. Para eso estaba preparada, lo hacía desde los 12 años”, dice Yeny (Foto: María Eugenia Cerutti)

 

Salió del prostíbulo con un bolso que tenía un peine, un pintalabios, un espejito y un manojo de preservativos. En una mano llevaba una botella de champagne que tomaba para adormecer el asco y que le serviría para defenderse si alguno quería ponerse bravo. La encandilaron las luces de los patrulleros que venían por la calle. Eran demasiados para una visita de las de siempre. Sabía que pasaba algo pero apuró el paso hacia el hotel. Siguió con el plan y sólo pensó en lo que le dijo la encargada antes de salir. Había que vaciarle la billetera al cliente. Pasaron un par de horas hasta que el tipo se quedó sin plata. Fue entonces que volvió. Habían reventado el cabaret. Se encontró a sus compañeras detenidas, antes de que las llevaran al juzgado.

 

Esa fue la última noche. No estaba aliviada por la llegada de los policías, al contrario. Como dice, esa noche ya sentía que sólo cambiaría un infierno conocido por otro mucho más incierto.

 

"Yo ya había aprendido a naturalizar las violaciones. Tenía mis mecanismos. Pensaba en paisajes, en películas, en una ropa linda. Tenía al tipo encima y mi cabeza volaba a otro lado. Para eso estaba preparada, lo hacía desde los 12 años. Pero no estaba preparada para la vida que hay afuera. No había estudiado, no tenía otro oficio. Donde iba, si no me conocían, se daban cuenta de dónde venía. No tenía historia para contar ni currículum para dejar".

 

Se llama distinto pero quiere que la nombren como Yeny. Tiene 40 años y su identidad debe ser cuidada porque declaró en una causa contra proxenetas. Algunas precisiones sobre ella se evitarán para que no la puedan reconocer.

 

Lo que cuenta sobre sus noches de esas casi tres décadas espanta. Habla de madrugadas que se terminaban al completar una fila de 25 tipos, de palizas, cocaína para subir, whisky para bajar y xilocaína para tolerar dolores en sus lugares más lastimados. No hay eufemismos, Yeny usa las palabras que son, no quiere edulcorar nada: "Mis días eran de esa manera, con abusadores, tipos acabándome todo el tiempo. No lo cuento para dar lástima sino para que se sepa de qué hablo cuando digo que ahora no la estoy pasando mucho mejor. Podés pensar que exagero pero para mí no. Fue cambiar un infierno conocido por otro que no".

 


Yeny tiene una custodia después de que recibiera amenazas de otros antiguos proxenetas para que no se anime a testificar en contra de ellos. (Foto: María Eugenia Cerutti)

 

La noche del allanamiento fue a mediados de 2013 en una provincia de la Patagonia. A la semana Yeny fue a sacar la libreta sanitaria con la idea de seguir en otro cabaret. Era lo único que se imaginaba haciendo. Fueron un par de noches pero las condiciones eran aún peores y ya no lo toleró. Ahí quiso que le pasara algo distinto. Una mañana entró a un hotel y pidió trabajo de limpieza. El dueño le dijo que era demasiado linda para hacer eso y le sonrió.

 

"En un pueblo chico, los que no te conocen te adivinan. Encima yo todavía estaba teñida y vestida con mis ropas y era fácil darse cuenta de dónde venía. Si los que tomaban eran hombres o te insinuaban o te rechazaban. Las mujeres te rechazaban todas. Estaba pidiendo limpiar los baños y me decían que no. Así tardás poco en volver a un puterío. Sabés que ahí al menos morfas y tenés donde dormir", relata sobre esos primeros tiempos.

 

Cuando ya estaba con la guardia demasiado baja, le llegó la noticia de que se vendía la casa de sus viejos y que podía cobrar algo de la sucesión. Le recomendaron un abogado y empezó a hacer los trámites. Cuenta que él le decía que los honorarios los hablarían cuando saliera el juicio. Ella se había entusiasmado con cobrar una plata para comprar algo de un ambiente y esperaba noticias del abogado con ansiedad. "Hasta que una tarde me pide que vaya al estudio. Llegué y no había nadie. Me dijo que tenía que firmar unos papeles, se me acercó y me dijo que le pagara los honorarios en 'especies'. Lo insulté y me mandé mudar. ¿Cómo podía confiar yo en alguien si los tipos que te tienen que cuidar y asesorar te agreden también?", se pregunta sin mucha respuesta.

 

Yeny aceptó declarar en una de las causas contra los dueños del prostíbulo. Durante ese proceso estuvo en el programa de protección de testigos. Sintió que colaboró con la condena pero cree que lo que más le sirvió fue entender que ella había sido víctima tanto de los acusados como del Estado. "Al principio pensaba que ellos me protegían y que el Estado no debía hacer nada por mí. Pero al tener que determinar las responsabilidades de cada uno y de contar con detalle lo que me hacían, lo que hacía la policía y funcionarios judiciales, entendí que yo no era culpable, que no lo había generado yo".

 

Por la ley de trata las víctimas deben recibir asistencia psicológica, médica, alojamiento, comida, dinero, capacitación laboral y ayuda en búsqueda de empleo

 

A partir de la reforma a la ley de trata en 2012, las víctimas deben recibir asistencia psicológica, médica, alojamiento, comida, dinero, capacitación laboral y ayuda en búsqueda de empleo. A pesar de que es legal las experiencias son muy dispares. Algunas reciben parte de estas ayudas y quedan rengas en otras. Muchas reciben poco y nada. "Ahora tengo tres hijos y estoy sola. El dinero que me da el Gobierno no me alcanza para sostenernos todos. Pude por fin estar en una casita linda para mis nenes y la semana pasada me dijeron: 'Me parece que te vas a tener que mudar porque es muy cara'. Lo que pido es legal. No es que lo estoy mendigando. Me corresponde", cuenta Yeny, que tiene una custodia después de que recibiera amenazas de otros antiguos proxenetas para que no se anime a testificar en contra de ellos.

 

Cuando se discute sobre la trata de mujeres en prostíbulos, muchas voces se sostiene que al no haber situación de cautiverio las víctimas tienen libertad para decidir irse, no como las personas secuestradas.

 

A Zaida Gatti, encargada del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por la Trata del Ministerio de Justicia, le interesa incorporar una mirada distinta al problema: "Hay una confusión respecto de lo que significa la libertad en esos casos. La mayoría de esas chicas están endeudadas con los proxenetas, alejadas de sus familias. Ellas sufren una enorme cadena de abusos y cuando se quejan les dicen: 'si no te gusta esto andate'. Si la víctima se va no tiene dónde ir y, al poco tiempo, después de pasarla muy mal vuelve al prostíbulo. Entonces incluso ella cree falsamente que es libre de decidir su suerte, pero no es así".

 

"Hay muchas víctimas que no logran visualizar lo que les sucede como maltrato. Las que se van vuelven porque ese lugar es su referencia, confunden la situación de control a las que las sometían y creen que las cuidaban", agrega.

 

Alika Kinan sufrió la explotación sexual cuando a los 18 aceptó un trabajo como moza en Tierra del fuego para poder mantener a su hermanita. El lugar resultó ser “Sheik”, uno de los prostíbulos más conocidos de Ushuaia (Foto: María Eugenia Cerutti)

 

La historia de Alika Kinan (41) se parece en parte. Hay relatos de lo que sufrió en los prostíbulos que se asemejan a los de Yeny. Ella también estuvo en un allanamiento en la Patagonia, en este caso en Ushuaia, y a partir de esa noche dejó la prostitución. Alika habla distinto. Sus frases son más elaboradas, se nota su paso adolescente por una escuela alemana y una comodidad pasajera que Yeny no tuvo. A los 18 años su madre la abandonó junto a una hermana menor y se quedó sin nada de lo que tenía. Cuando le faltó la comida decidió aceptar una oferta de un bar de Tierra del Fuego para hacer de moza. El lugar resultó ser "Sheik", uno de los prostíbulos más conocidos de Ushuaia, alimentado por lugareños, marineros y turistas de cruceros. Dieciséis años pasaron hasta que Alika se despidió definitivamente de ese lugar, tras un operativo como el que contó Yeny.

 

Cuando esa noche vio a la Gendarmería, Alika pensó que la iban a llevar presa. Tenía una visión muy distorsionada de la realidad. De tanto repetir un relato se lo había creído. "El dueño nos había armado una historia que teníamos que decir: que éramos amigas, que habíamos salido a tomar algo entre nosotras, que ahí no había más prostitución. Por eso nos sentíamos cómplices en lugar de víctimas", contó Kinan. Para ella, entender esa diferencia fue el primer paso.

 

"Al principio no entendés nada de lo que te sucede. Querés matar a la fiscal porque te deja sin trabajo ni casa. La primera reacción nuestra era defender a los proxenetas. Es un proceso que cuesta mucho y que toma tiempo", explica Alika, quien fue la primera víctima de trata en querellar a los proxenetas y también al Estado.

 

 “Sheik”, uno de los prostíbulos más conocidos de Ushuaia, alimentado por lugareños, marineros y turistas de cruceros

En ese proceso, preparando sus testimonios y revisando su historia empezó a entender que ella no había decidido estar ahí, como le habían hecho creer. "Vos no lo elegís, estás allí sin posibilidad ni herramientas para salir. Ninguna mujer que está ahí adentro y que realmente vive lo que es la noche puede quererlo. Pero del otro lado hay gente poderosa, con vínculos con la policía, con los políticos, con la Justicia. Es demasiado para una mujer sola".

 

La vida afuera le resultó también muy hostil. Cuando juntó fuerzas y sus mejores ropas fue a un hotel en la avenida Maipú, de Ushuaia. No era como el hotel donde fue a pedir trabajo Yeny. Era un lugar muy elegante cerca del puerto. Con bastante vergüenza fue a hablar con el encargado. "Me miró de arriba a abajo y se rió en mi cara. 'Esto no es un prostíbulo', me dijo. Vos estabas peleando con vos misma y encima la sociedad se burlaba de vos", recuerda.

 

Para Alika, hay muchas cosas que serán imposibles de reparar pero cree que con contención y ayuda económia la elección de volver a caer en un prostíbulo se aleja. Ella dejó dos veces "Sheik", la primera fue para irse a Barcelona con un español, guardaespaldas y especialista en artes marciales, que le prometió bellezas europeas. Pero al llegar a Cataluña la obligó a seguir prostituyéndose para que lo mantenga. Alika tuvo tres hijas con el español, pero en una noche de llanto volvió a llamar a los dueños de "Sheik". Ellos le mandaron pasajes y pudo volverse a la Argentina.

 

“Nadie puede querer vivir explotada. Pero del otro lado hay gente poderosa, con vínculos con la policía, los políticos, la Justicia. Es demasiado para una mujer sola”, dice Alika (Foto: María Eugenia Cerutti)

"Si vos te podés mantener, si tenés cómo vivir y comer, tus chances de salir aumentan mucho", sostiene y también reclama: "El Estado permite y genera muchas de las cosas que sufrimos, por eso luego tiene que hacerse cargo", sostiene Alika, que hace unos meses fue distinguida por el Departamento de Estado de EE.UU. por su lucha contra la trata.

 

"Los síntomas de estrés postraumático de víctimas de explotación sexual están en rangos similares a las de los veteranos de guerra, las mujeres golpeadas que requieren refugios, sobrevivientes de violación, y las personas refugiadas por tortura inflingida por el Estado", señala Marcela Rodríguez, coordinadora del Programa de Asesoramiento y Patrocinio para Víctimas de Trata de Personas, que depende de la Defensoría General de la Nación. Con esa información busca ilustrar el grado de indefención con el que le toca enfrentar al mundo alguien que sale de la esfera de una red de prostitución.

 

El Estado aparece como el destinatario de todos los pedidos de ayuda. De su eficiencia depende que mujeres con situaciones críticas puedan sacar la cabeza del agua. La subsecretaria de Acceso a la Justicia a nivel nacional y coordinadora del Consejo Federal para la Lucha contra la Trata, María Fernanda Rodríguez es la voz oficial sobre la respuesta en los primeros tiempos en que la ayuda es imprescindible.

 

“Los síntomas de estrés postraumático de víctimas de explotación sexual están en rangos similares a las de los veteranos de guerra”, señala Marcela Rodríguez, coordinadora del Programa de Asesoramiento y Patrocinio para Víctimas de Trata de Personas

 

"Luego de un allanamiento, el programa de rescate se ocupa de la víctima. Se la traslada a un refugio. La acompaña un psicólogo, una trabajadora social, hasta que da su testimonio a la Justicia. Luego se articula el regreso a su provincia, o a su país, si es extranjera. En su lugar se coordinará un subsidio y las posibilidades de que tengan un lugar donde vivir y trabajo. No todas aceptan la ayuda, muchas creen que es estigmatizante y prefieren que las familias no sepan lo que les ocurrió".

 

Respecto al derecho a la vivienda, Rodríguez detalla que la ley garantiza una lugar para habitar, pero no la propiedad de un espacio. "En el Consejo estamos impulsando el decomiso de los bienes de los proxenetas para disponer de ellos. También, con la ley de víctimas tendremos un fondo para gastos inmediatos y será más directo el resarcimiento".

 

Alika es muy crítica del rol del Estado para ayudar a salir del mundo de explotación y abuso que viven las mujeres (Foto: María Eugenia Cerutti)

 

Desde 2008, de las 11.453 víctimas de trata que fueron liberadas, 6.148 fueron para explotación sexual. La mitad de ellas no nacieron en la Argentina.

 

Respecto al rol estatal, Alika es muy crítica. Reconoce el acompañamiento hasta el momento en que la víctima declara pero describe un desamparo en todo lo que sucede después. "Son reenviadas a los lugares de donde habían escapado, con familias violentas o casos de abuso. Nadie se puso a pensar en eso. Después de seis meses, el apoyo económico se traduce en un aporte de 3 ó 4 lucas. Son muy pocos los casos en los que la víctima es reinsertada laboralmente. Se necesita plata para programas que promueban eso. Para mí es alarmante que el Estado disponga de los bienes de los proxenetas, ese dinero debe ser girado a las víctimas, sino, una vez más, vuelve a existir una situación de sumisión, pero esta vez es al Estado".

Fuente

https://www.infobae.com/sociedad/2017/12/16/la-vida-despues-de-la-explotacion-sexual-cambie-un-infierno-conocido-por-otro-mucho-mas-incierto/

Nota: las imágenes y letra negrita con copia de la nota original





viernes, 4 de junio de 2021

Entrevistamos a Sarah Berlori: «Es más fácil terminar ejerciendo la prostitución si procedes de una clase social baja, pero el factor clave es ser mujer»

 Testimonio

Entrevistamos a Sarah Berlori: «Es más fácil terminar ejerciendo la prostitución si procedes de una clase social baja, pero el factor clave es ser mujer»

28/09/2020

 Daniel Seixo Daniel Seijo

Lágrimas, rabia, frustración, pero especialmente valor, cuando me senté a hablar con Sarah Berlori, ese fue el cóctel de emociones que puso voz y blanco sobre negro a la vivencia material de una víctima de la prostitución y una superviviente. En ocasiones se acusa a las posiciones abolicionistas de no dar voz a las mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución, pero normalmente esto se hace desde un discurso de supuesto empoderamiento y libertad sexual que no es otra cosa que mercantilismo camuflado con falsas promesas. Hoy en Nueva Revolución os traemos el testimonio de una persona que ha estado entre las cuatro paredes que encierran a la mujer víctima de la prostitución y al putero, os traemos la realidad de una auténtica superviviente y una luchadora feminista. Una persona que a través del feminismo ha logrado comprender su fuerza y el duro camino que todavía queda por recorrer.

 

Sarah Berlori es una activista feminista, de origen vasco que actualmente reside en Bilbao. Ha estudiando en profundidad -y siempre desde una óptica feminista- el origen y el alcance de la prostitución como institución patriarcal y sistema que cosifica, denigra, maltrata, tortura, aniquila e impide alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres y la sociedad del buen trato.

 

Su experiencia personal como superviviente del sistema prostitucional ofrece a los conocimientos teóricos adquiridos un ángulo mucho más humano, profundo y empático a la hora de comunicar la denuncia y el mensaje de paz y justicia social que Sarah expone con auténtica pasión, determinación, coraje y esperanza, como abolicionista y defensora de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.

 

Es militante del Movimiento Abolicionista del País Vasco (EHMA – Euskal Herriko Mugimendu Abolizionista) y fundadora de Emargi, una asociación dedicada a luchar de manera integral por un futuro libre de explotación sexual y reproductiva de mujeres y niñas desde su dimensión local, nacional e internacional.

 

Sarah afirma que “la libre elección está siempre del lado de quien somete, nunca de la persona que es sometida. Cuando hablamos de vulnerar los derechos humanos de mujeres y niñas, la cantidad de dinero empleado se vuelve irrelevante porque ningún dinero puede hacer salir ilesa a una mujer de las prácticas dolorosas, repulsivas y violentas a las que puteros y proxenetas someten. Solo aboliendo la prostitución hablaremos de una auténtica democracia.”

Por Daniel Seixo

 

¿En qué momento se introdujo en el mundo de la prostitución?

 

A la hora de introducirte en el mundo de la prostitución entran en juego muchos factores, sin duda el principal de todos ellos es ser mujer y la forma en la que somos socializadas desde que nacemos. El sistema nos coloca en una clara situación de subordinación al hombre y al mismo tiempo en una clara situación de subordinación sexual. Por ejemplo, mi primera relación sexual no fue deseada, fue una relación coaccionada: «si quieres que te quiera, tienes que follar». Ese fue mi bautismo en las relaciones sexuales con tan solo 14 años, en aquel momento no sentía realmente deseo sexual hacia esa persona, tan solo quería salir con él, pasear juntos de la mano y poco más que eso. También he sufrido relaciones abusivas y de maltrato físico y emocional con todas mis parejas, digamos que nunca me han tratado como a una igual en este aspecto. Provengo de una familia desestructurada, he sido víctima constante de abandono institucional, también fui madre soltera muy joven y la relación con mi madre fue complicada en ciertos momentos… Pues en medio de todo esto me hablaron de las bondades de la prostitución, me dijeron que aquello iba a permitirme conseguir mucho dinero, poder independizarme, me contaron todo eso, las bondades, pero no me contaron lo que iba a suceder entre aquellas cuatro paredes. Solo un «al principio es muy asqueroso, pero luego te acostumbras», lo que no me dijeron es que aunque lo fueses «normalizando», las heridas están ahí. Para lo que vino después nadie me preparó.

 


Prostituta. David Garrigues Herrera

¿Cómo describiría el transcurso de aquellos años?

 

Aquello fue un infierno. Yo necesitaba disociarme con drogas y alcohol, pero esto es algo que está a la orden del día en este mundo, son los mismos puteros los que se quieren hacer su fiesta privada con drogas, alcohol y chicas. Claro, es fácil terminar cayendo en las drogas para disociarte de la mierda de realidad que estás viviendo. Es horroroso, sientes asco, yo estaba en pisos, lo que llamamos «agencias» dedicadas a la prostitución de lujo, pero son en realidad prostíbulos. Los puteros que consumen esta prostitución de lujo nos llaman chicas de compañía, pero lo hacen porque directamente son profundamente clasistas y racistas, nos hacían creer que pertenecíamos a una élite de chicas pretendiendo diferenciarnos de la prostituta que está en la calle, pero todo es lo mismo. Cuando se vulneran derechos humanos el dinero que pagas por ello es irrelevante. Al final te encuentras compartiendo espacios asfixiantes con muchas otras mujeres en los que reina la tristeza, la desesperación… Es algo realmente horroroso, horroroso. Yo no me hice rica con todo aquello, cuando hacía algo de dinero intentaba buscar algún trabajo normal en alguna discoteca, pero una mujer sola en Barcelona y con el elevado precio de la vivienda, en ocasiones la prostitución era mi única salida.

¿En qué momento decidió salir de ese mundo?

 

En muchos momentos pensaba en volver a estudiar, me parecía que sería maravilloso poder volver a estudiar algo que realmente me gustase. Yo nunca había podido ser una buena estudiante, pero me encantaba todo el mundo del arte y la verdad es que dibujo muy bien, aunque en realidad nunca nadie llegó a incentivarme para que siguiese ese camino. Pero claro, los cursos eran carísimos. Yo no veía la salida a todo aquello. No sé… No fue un click de decir «venga lo dejo», constantemente piensas que no puedes soportar más aquello.

 

Al final conseguí un «trabajo» en un macroprostibulo de Barcelona en el que trabajaba como camarera. Era un trabajo diario, con un sueldo aceptable y eso me permitió salir de la prostitución, aunque seguía en cierto modo dentro de todo aquello y desde la barra todas aquellas chicas me daban mucha pena. Ese prostíbulo es finalmente cerrado por un chivatazo, te puedes imaginar que todo esto es una mafia criminal y que en estos asuntos hay de todo, cosas muy turbias. Nos quedamos sin trabajo, no nos querían indemnizar… Tras un largo proceso judicial, finalmente me quede sin dinero alguno. Total, no pude hacer frente al pago de mi alquiler, me desahuciaron y ya con cuarenta años estaba totalmente agotada. En ese punto volví a hablar con mi madre y me ofreció regresar a Bilbao. Volver a Bilbao era muy duro para mí, significaba volver a casa de mi madre y a muchos malos recuerdos, pero sabía que quedarme en Barcelona significaría regresar a la prostitución y a las drogas para soportar aquello.

 

Finalmente, tras darle muchas vueltas, decido regresar. Pero allí me encuentro de nuevo con la mala relación con mi madre, la depresión y todo aquello que me había hecho iniciarme en el mundo de la prostitución. Yo en ese punto tocó totalmente fondo, tras dos años con medicación vuelvo a encontrarme con abandono institucional, falta de empleo… Fue realmente un auténtico pozo sin salida. Pero logré no regresar a la prostitución, hoy en día tengo 50 años y trabajó como empleada de hogar. Aunque es significa que una no tiene paro si se queda sin empleo, son condiciones muy duras. Toda esta situación me produce rabia, especialmente cuando veo que se piden derechos para lo que llaman trabajadoras sexuales pero se obvia a todas estas otras profesiones que carecen todavía de muchos derechos.

 

Termino destrozada, veo que tras todo aquello sufro constantes relaciones horribles. Intento buscar ayuda y veo que no recibo la ayuda que necesito, tras una relación en la que sufro maltrato intento buscar esa ayuda en asociaciones locales, pero ahí no le dan importancia alguna al hecho de que provenga del mundo de la prostitución y personalmente sentía que aquello me había destrozado. Ahora mismo estoy sin trabajo y busco empleo como empleada de hogar, pero todos los depredadores sexuales buscan víctimas en este campo debido a la crisis, es como si el sistema te estuviese presionando continuamente para arrastrarte de nuevo a la prostitución. Es realmente duro tener que soportar esto, es realmente duro y me encuentro en una situación muy desesperada.

 

¿Existen secuelas físicas o emocionales tras ejercer la prostitución?

 

Sin duda, sin duda. Existen lesiones a todos los niveles. Psicológico ya que es una vulneración a tu derecho a tener relaciones sexuales únicamente deseadas y físicas –ni siquiera yo podría calibrar hasta donde llegan esas secuelas, cada vez que hablo de ello me destroza por dentro, encima tienes que soportar ese estigma, el tener que mantener esto en secreto, para mí dar la cara como superviviente me supone un gran esfuerzo– ¿Físicas? Pues claro, por ejemplo cuando estás con la menstruación te obligan a meterte una esponja y eso te produce muchas infecciones. Yo misma he tenido que ir a urgencias para que me saquen esa esponja en varias ocasiones porque se queda encajonada y se infecta. También las secuelas psicológicas te arrastran secuelas físicas: embarazos no deseados al verte obligada a tener relaciones sin condón con esta gentuza que en ocasiones es incluso violenta, enfermedades de transmisión sexual… Y los suicidios, esa sin duda es la peor cara de la prostitución, el suicidio y las mujeres asesinadas por los puteros.

 

¿Qué opina acerca de que haya un sector del feminismo que pretenda legalizar la prostitución alegando que existen mujeres que ejercen esta actividad de forma libre y voluntaria?

 

Me sorprende, me sorprende porque de repente salen porcentajes de mujeres que ejercen libremente la prostitución, ¿de dónde salen esos porcentajes? ¿A qué llaman libre y voluntaria? Si cuando yo ejercía la prostitución me hubiesen preguntado, probablemente hubiese dicho que ejercía la prostitución de forma libre, ¡ese era mi sustento! No es objetivo preguntar a una persona que está en un círculo de violencia sobre todo esto, sería como preguntarle a una mujer maltratada si es libre o quiere a su marido, muchas mujeres dirían que su marido las quiere pese a los golpes recibidos. También es un poco de autodefensa, cuesta asumir que no haces lo que haces de forma voluntaria. Es una especie forma de disociarse de todo aquello. Por todo esto creo que es importante contar con la voz de las personas que han vivido todo aquello pero han salido de alguna forma de ese círculo. El derecho a la libertad sexual, al que se renuncia cuando ejerces la prostitución, no implica solo consentimiento, implica también deseo. El consentimiento se puede comprar, pero el deseo jamás.

 

Las mujeres que ejercen la prostitución desconocen en muchos casos este derecho por las implicaciones de la violencia patriarcal. Cuando logras tener mayor conciencia feminista, te percatas de estas cosas. Y sea como sea, no puedes legalizar la prostitución alegando que hay mujeres que en su derecho individual deciden ejercer la prostitución, eso es la base del liberalismo, cierto, pero la sociedad tiene que legislar atendiendo a los DDHH, no únicamente a las necesidades del mercado. En el sistema de la prostitución esos derechos son vulnerados, no puedes legalizar eso. Sucede que esas mujeres que ejercen la prostitución son vistas como «las otras», ¿ellas sí y nosotras no? No puedes hacer eso, no puedes legislar de esa forma.

 

¿Recuerdas el caso del caníbal que asesinó a otra persona que quería ser comido por él? ¿Legislamos esto también? ¿Legislamos el canibalismo voluntario? No, tú no puedes legislar el maltrato aunque supuestamente sea consentido. Con todo este discurso estamos poniendo el foco siempre en la prostituta y no en el putero, tú no puedes maltratar a otra persona aunque supuestamente esta te lo permita. Esto en una sociedad democrática no puede ni debe plantearse.

 

¿Puede ser la prostitución considerada un simple oficio y por tanto abrirse una futura vía en la legislación que centre sus esfuerzos en garantizar los derechos laborales de las prostitutas?

 

Volvemos un poco sobre lo mismo, ¿cómo podríamos considerar trabajo a la explotación sexual? ¿Cómo regular la explotación sexual? Se están vulnerando Derechos Humanos, ¿en qué trabajo se vulneran derechos humanos? Garantizar los derechos de las prostitutas es simplemente garantizar que las víctimas de la prostitución paguen impuestos, es caminar de cara a un estado proxeneta. Además de todo esto, ¿qué derechos se supone que van a garantizar a las mujeres prostituidas? ¿Dónde queda el derecho a la libertad sexual? No me salen las cuentas.

 

¿Cómo valoras los diversos intentos de crear un sindicato de prostitutas en España?

 

Personalmente creo que tras esta iniciativa se esconde el lobby proxeneta y muchos otros intereses, pero particularmente los de este lobby. En definitiva es un intento de conseguir materia prima nacional, intentan hacer todo esto más atractivo con charlas en las Universidades y dando una falsa sensación de normalidad. Me parecen terribles este tipo de iniciativas que solo buscan blanquear este negocio. La gente que mueve este tipo de sindicatos no son personas prostituidas tal y como se nos quiere hacer ver: esas personas han pasado a ser proxenetas y jugar otro papel en el negocio. Las mujeres vulnerables que estamos en prostitución, estamos destrozadas, no nos encontramos en posición de organizar ese tipo de iniciáticas. Esa es mi opinión de todo esto.

 

¿Qué postura debería adoptar un gobierno de izquierda a la hora de legislar acerca de la prostitución?

 

Claramente abolicionista, la izquierda se supone que lucha para conseguir una sociedad más igualitaria y en este tema debería apostar por una postura abolicionista. Parece ser que en muchos casos lo son «pero», ese «pero» siempre está ahí. Lo que debería hacer un gobierno de izquierdas es reconocer a las personas en situación de prostitución como mujeres que sufren una violencia sexual extrema, tras eso caerá todo lo demás.

 

                                                                        Otto Dix



En muchas ocasiones se acusa al abolicionismo de no reparar en las mujeres que ejercen la prostitución, ¿qué hay de cierto en esta afirmación?

 

Lo que existe es mucho desconocimiento. Las medidas en este sentido y la línea del abolicionismo se encuentran al alcance de todo el mundo, pero hay personas que o lo desconocen o no quieren conocerlo. Lo que ves en redes sociales es un espejo de la realidad, las medidas las podemos ver todos y todas, se habla de ofrecer estudios, una renta mínima, reinserción para que puedan tener una vida digna, ayuda psicológica, apoyo legal… Es que no lo entiendo, ojalá hubiese podido acceder a las medidas que ofrece el abolicionismo cuando las he necesitado. Hay muchas personas que lanzan acusaciones directamente desde el desconocimiento, pero las medias están ahí. La otra vía simplemente propone que las mujeres aporten impuestos al estado, son mujeres destrozadas y explotadas, pero tras pagar impuestos todo parece arreglarse, nada más importa. Esto es un absurdo.

 

¿Cómo influye la clase social en la prostitución?

 

Influye, pero no solo la clase social. Lo principal es que somos mujeres, los hombres pobres no caen en la misma medida en la prostitución. Claro que influye, es mucho más fácil terminar ejerciendo la prostitución si procedes de una clase social baja, es obvio, pero quiero remarcar que el ser mujer es el factor principal.

 

¿Resulta efectivo sancionar a los clientes o a las prostitutas?

 

¿Efectivo para qué? Para terminar con el sistema prostitucional puede resultar efectivo, en algunos casos, sancionar a los puteros. Pero no a las víctimas de la prostitución. Aunque sancionar a las víctimas de prostitución es algo que hacen en la Barcelona de Ada Colau, tan «amiga de las putas», pero que las multa si están en las calle. Multar a las prostitutas es únicamente efectivo para que las calles queden muy bonitas. solo para eso.

 

Multar a los puteros no va a terminar con la prostitución, pero tampoco multar o sancionar a los violadores va a terminar con las agresiones sexuales, esta gente está cometiendo un delito y tienen que ser sancionados por ello. Las prostitutas deberían ser reconocidas como víctimas de violencia sexual, por tanto existe un victimario y hay que sancionarlo. Desde el abolicionismo somos incluso benevolentes en este tema: primero haríamos llegar una multa administrativa a casa de los puteros, para ver que explicación dan a sus mujeres, ya que la mayoría suele estar casado. Si reinciden, debería penarse con penas de prisión. Mi opinión personal es que los puteros deberían de estar todos en la cárcel. Lo de sancionar a las prostitutas por el contrario es muy del modelo prohibicionista, que no tiene nada que ver con la solución del abolicionismo.

 

¿Cuál es el perfil del putero?

 

Hombre. Claramente un hombre, no puedo decir mucho más, cualquier extracto social, cualquier ideología… Lo único que podría decir del perfil del putero es que son hombres.

 

¿Considera que realmente resulta posible abolir la prostitución en España?

 

Claro, ¿por qué no? Se ha hecho en otros países, las leyes educan y esto también pasa por una educación afectivo sexual igualitaria desde que somos pequeños, eso resulta esencial. Necesitamos llegar a un futuro en el que someter a relaciones sexuales no deseadas a otra persona nos parezca horroroso, inconcebible, pero para esto tenemos que legislar y educar en este sentido. En el momento que las mujeres víctimas de prostitución se consideren también víctimas de violencia sexual, no quedará otra que caminar por ahí. Lo que no existe es voluntad política para abolir la prostitución. Pero sí resulta posible, resulta posible y resulta urgente hacerlo.

 

Esta misma semana hemos visto como personas cercanas a Movimientos regulacionistas agredían a feminista abolicionistas en Barcelona durante los actos del 23 de septiembre, Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres y Menores, ¿suponen estos comportamientos la tónica general en el debate? ¿Existe miedo a la hora de defender en la calle posturas abolicionistas?

 

Estoy consternada con lo sucedido, me parece tremendo que esto suceda durante los actos del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata. Una especia de «fiesta», pisando carteles, agrediendo a compañeras, eso dice mucho de ellos. Suele ser la tónica general, suelen ser bastante agresivos y ofensivos a la hora de «debatir». Personalmente estoy acostumbrada a ver como esos personajes me insultan o incluso utilizan la reacción de «me divierte» en publicaciones en las que yo narro mi propia experiencia personal en el mundo de la prostitución y situaciones realmente complicadas, duras, situaciones que como puedes ver todavía me cuesta recordar.

 

Mi hijo ha participado en el acto de Bilbao y personalmente tengo miedo de todo esto, esto va en aumento y soy sincera tengo miedo de lo que pueda llegar a suceder. Puede también que el hecho de que el gobierno anunciase que reintroducirá en el Código Penal la tercería locativa los haya puesto nerviosos. Tengo que decir que en debates y redes sociales me he encontrado con personas regulacionistas que no tienen esta actitud y que pese a hacerlo desde el desconocimiento, «se preocupan» por las prostitutas. Las personas que actuaron de este modo y agredieron a las mujeres abolicionistas en Barcelona, lo hacían defendiendo directamente los intereses proxenetas.

Fuente:

https://nuevarevolucion.es/entrevistamos-a-sarah-berlori-es-mas-facil-terminar-ejerciendo-la-prostitucion-si-procedes-de-una-clase-social-baja-pero-el-factor-clave-es-ser-mujer/





El drama de Angie en Lugo: prostituida, obligada a abortar, muere de cáncer sin dinero ni justicia

 

Esto es cosa de todos los trabajos, es un trabajo como cualquier otro, los proxenetas las cuidan ellos las protegen. Están ahí porque les gusta, ganan mucho dinero y fácil. El putero no tiene por qué saber ni darse cuenta de nada, esta salvado pagando la tarifa. Palabras que por repetidas no se vuelven verdaderas.  Este caso no es la excepción, es la regla.  La prostitución mata, la prostitución es violencia

 



El drama de Angie en Lugo: prostituida, obligada a abortar, muere de cáncer sin dinero ni justicia

Con 18 años se quedó embarazada de un empresario lucense. El dueño del club la llevó a una clínica clandestina. La mujer murió antes del juicio.

3 noviembre, 2020

El 27 de mayo de 2018, Angie Lizeth Palencia Carrión, una mujer colombiana de 27 años residente en Madrid, inició una campaña de micromecenazgo en gofundme. Buscaba ayuda económica para costearse un tratamiento médico con el que intentar curarse del cáncer cerebral que le habían diagnosticado. Necesitaba 36.000 euros para tratarse en una clínica de Florida (EEUU). Sin la terapia de aquel centro, los médicos le daban “un año de vida”, contó la joven en el citado portal de crowdfunding.

 

“De manera humilde pedirles que me ayuden aportando su granito de arena con esta obra de caridad (...) Soy una mujer con sueños y metas por cumplir como cualquier ser humano”, señalaba en unas cuantas líneas con las que contó su historia. Cuando murió la joven, el 25 de noviembre de 2019, sólo había conseguido reunir 8.129 euros mediante 181 donaciones. El tumor ganó la batalla.

 

Angie trataba de rehacer su vida cuando recibió el mazazo del cáncer. Se había mudado desde Lugo hasta la capital de España, donde hacía un par de años había encontrado un trabajo en Media Markt. Atrás dejó una época oscura y dura en la que, tras emigrar junto a su familia desde Colombia con 10 años, ejerció de prostituta en un club de alterne lucense, el Queens. Pero la enfermedad acabó con ella hace un año.

 

La mujer se fue a la tumba sin conseguir justicia tras haberse convertido en una de las principales testigos de la mayor causa de proxenetismo instruida en España, con 252 tomos y alrededor de 400 víctimas. El caso estalló el 1 de octubre de 2009 con la Operación Carioca. Despiezado en 2013 en medio centenar de causas de menor volumen a petición de la Fiscalía, la mayoría todavía están sin juzgar.

 

Una de esas víctimas fue Angie. Con 18 años, según el escrito de conclusiones de la Fiscalía, la obligaron a abortar “sin anestesia”, sin “medios sanitarios adecuados” ni enfermera. Además, perdió el feto que llevaba en su vientre en una clínica sin licencia.

 

Recientemente, los acusados -el empresario que la dejó embarazada, el dueño del prostíbulo en el que ejercía y el ginecólogo que la asistió- han conseguido un pacto beneficioso para sus intereses. Un acuerdo de conformidad benevolente porque la propia víctima ya no se hallaba con vida. No hizo falta ni que se celebrase el juicio.

 

José Manuel García Adán, líder de la trama y gerente de los locales Queens y La Colina, y quien actualmente se encuentra en prisión cumpliendo 21 años de pena por maltrato y violación de su pareja, aceptó un año de cárcel y el pago a la madre de Angie de una indemnización de 1.000 euros.

 


                                   El dueño del club de alterne Queens de Lugo, José Manuel García Adán. EFE


Carlos Jesús Abuín, ginecólogo jubilado que practicó el aborto en su clínica clandestina, abonará otros 3.000 euros y ha de hacer frente a una multa de 540 euros porque carecía de licencia administrativa.

 

El hombre que la dejó encinta, Ricardo Luis L. T., un conocido empresario de Lugo, ha sido exculpado. A su vez, la Fiscalía había pedido que ni siquiera se investigara en esta causa concreta a José Ramón Vázquez, el inspector de la Policía Local que medió entre el cliente y el proxeneta cuando Angie se quedó embarazada.

 

"Un problema"

Ricardo Luis L. T., casado y con hijos, estaba jugando al golf cuando le confirmaron que la prostituta a la que embarazó había abortado. Días antes le pidió al mencionado inspector de Policía que buscara soluciones. “Tengo un problema muy gordo y hay que arreglarlo como sea”.

 

La Guardia Civil grabó la conversación entre ambos antes de la Carioca. También intervino el teléfono del jefe de Angie, el proxeneta José Manuel García Adán. “Las mujeres son unas guarras”, dijo cuando se enteró del embarazo de una de sus chicas. “Tengo que preocuparme (...) porque folla aquí”.

 

Según contó después la propia Angie Lizeth Palencia durante la instrucción del caso, la máquina con la que le interrumpieron el embarazo se averió durante la práctica, lo que varias semanas más tarde le causó una hemorragia interna. Dijo que el aborto se hizo sin su consentimiento. Recordó aquel momento como si le estuvieran “arrancando la piel”.

 

La Fiscalía sostuvo que Angie, conocedora de los comportamientos violentos del proxeneta y ante el miedo de que pudiera ocurrirle algo a ella misma o a su familia, acudió a la clínica privada del facultativo el 6 de abril de 2009.

 

“¡Joder!, eres la chica más quejica que he tenido”, protestaba el ginecólogo mientras ella gritaba de dolor y él “le daba golpecitos” a la máquina para hacerla funcionar de nuevo.

 

Tras marcharse de la clínica, el jefe de Angie llamó al cliente que la había fecundado para decirle que ya podía quedarse “tranquilo”. La Audiencia Provincial de Lugo concluyó que no estaba acreditado que el supuesto padre supiera nada del aborto. La joven cayó en depresión tras aspirarle el feto, confirmaron los forenses.

 

“Estaba bien ilusionada con ese bebé”, contó durante la instrucción una amiga de Angie que a los 17 años comenzó a ser obligada a prostituirse en otro club de la provincia de Lugo.

 

El juicio, previsto para los pasados 15 y 16 de octubre, finalmente no tuvo que celebrarse. Su celebración ya se retrasó en abril a causa de la pandemia. María Carrión, la madre de Angie Lizeth Palencia, quien vive en Suiza, ejerció la acusación particular tras la muerte de su hija. Pidió cuatro años y medio de cárcel. Acabó aceptando uno y la indemnización de 4.000 euros. Con el fallecimiento de la joven, su abogado, Francisco Torrijos, apenas se vio con posibilidades para obtener un mejor resultado en la sala de vistas.

 

En aquella petición de fondos por internet, cuando todavía estaba viva, Angie Lizeth no escondía su profunda fe religiosa. “Si Dios quiere, esto será sólo una lección de vida en la cual se aprenden muchas cosas buenas, como ser más amable y amar la vida cada segundo”. Pero ni Dios ni nadie la salvó. La justicia le fue esquiva incluso después de muerta.

 Fuente

https://www.elespanol.com/reportajes/20201103/angie-lugo-prostituida-obligada-muere-sin-justicia/532947746_0.html

Nota: las imágenes son copiadas de la publicación original. Las negritas están en el original.





Deanna Lynn desvela la sordidez del porno: fue actriz durante 10 años y hoy ayuda a los adictos

Testimonio


Deanna Lynn desvela la sordidez del porno: fue actriz durante 10 años y hoy ayuda a los adictos

Tras una vida de sexo y adicciones, Deanna encontró en Matt al hombre de su vida y se casó con él.

J.M.Carrera / ReL03 marzo 2021



Con cinco años, Deanna Lynn vio su primera película pornográfica acompañada de su madre. Dos años después, ella era la protagonista de un vídeo grabado para sus vecinos, y a los 18, su carrera en la industria del sexo y la pornografía estaban más que asentadas. Mientras sus compañeras de la escuela soñaban con cuentos de princesas, ella solo quería revivir la historia de Pretty Woman. Durante 10 años, esta joven de Tucson (Arizona) vivió sumida en las drogas, la prostitución y la pornografía, hasta que sus oraciones fueron escuchadas.

 

Su madre le introdujo en la pornografía

“Desafortunadamente, desde mi infancia, mi madre me enseñó que la belleza podía ser una herramienta para manipular”, cuenta Deanna Lynn, autora del libro Comprada. Dejando la industria sexual.

 

Ella tenía cinco años y estaba en el primer curso de primaria, cuando su madre consideró divertido introducirla en el mundo de la pornografía. Tan solo dos años después, la pequeña consideraba normal desnudarse y “grabar videos caseros pornográficos para mis vecinos, que me hacían representar lo que veía en las películas con mi madre”, explica a Aceprensa. A los 9 años de edad, su madre se suicidó tras varios intentos frustrados.

 

"Solo necesitaba un salvador"

Deanna creció con una vida desestructurada. Durante toda su vida se había educado “creyendo que menos ropa significaba belleza y que la atracción física era sinónimo de amor”, explica en su testimonio de conversión.

 

Desde los ocho años, recuerda que “solo necesitaba un salvador, y me escapé de casa por los abusos pensando que un hombre me rescataría como a Pretty Woman”. Su adolescencia no fue menos conflictiva: la exposición sexual, la pornografía, su adicción a las metanfetaminas y la muerte prematura de su novio determinaron los siguientes años de su vida.

 

De camarera a actriz pornográfica

Con 17 años, Deanna y sus amigas se presentaron buscando trabajo en Hooters, una cadena de restaurantes conocida por utilizar las camareras como reclamo comercial. “Todo comenzó usando poca ropa, llamando la atención y sirviendo unas alitas de búfalo”, explica. “Esto me llevó a una carrera en la industria del sexo en toda regla”.

 

La adolescente se encontraba ante un dilema. Con 18 años ya era alcohólica, adicta a las drogas y estaba cerca de entrar en prisión. Cada noche vivía con miedo a que alguno de sus ex-novios violentos llamase a su puerta para hacerle daño.

 

Pero una compañera de trabajo le presentó al hombre que le libraría de todos sus problemas. Quería promocionar a Deanne en la industria del sexo, cuenta en Thrive, un portal del Seminario Teológico de Asbury, centro de formación protestante donde estudiaría años después, tras su conversión.

 

Deanna ya había comenzado a prostituirse, y se encontraba en prisión cuando aquel hombre “me dijo que podía pagarme la fianza y convertirme en una estrella”.

 


Deanna Lynn cuenta su historia en el libro "Purchased, leaving the sex trade". Puedes comprarlo aquí



Lo que antes era porno, ahora es entretenimiento

 

Nada más llegar, “una de las cosas que hacen los agentes de la industria del sexo es presentarte gente famosa, llevarte en limusinas y alojarte en mansiones”.

 

En un principio, Deanne estaba deslumbrada, hasta que fue consciente de la realidad que se respiraba en aquel entorno. “Tienes que hacer como si estuvieras disfrutando incluso de los actos más violentos, porque eso es lo que se vende ahora”, explica. “Hoy la propia televisión está llena de cosas que solían ser porno y ahora son el entretenimiento de la gente en la sala de su casa”: “Las empresas tuvieron que rodar cosas más duras, más gráficas y violentas para conseguir ventas, porque el consumidor habitual ya estaba insensibilizado ante el sexo normal”.

 

Deanne recuerda que cada dos semanas se tenía que someter a pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual, pero “tenía que hacer que pareciese el mejor trabajo del mundo”.

 

"¿Cómo he llegado hasta aquí?"

Deanne pasó 10 años de su vida en la industria del sexo. Cuando entró, pensó que sería un trabajo a su medida, en la que ella tendría cierto control y elevados ingresos.

 

Pero la realidad era muy diferente. “Un agente es como un proxeneta glorificado, y el 30% de lo que ganaba era para ellos”. Además, “tenía que hacer todo lo que dijesen, y cuando se enfadaban, daban mucho miedo”. Deanne no sabía lo cerca que estaba de la quiebra emocional, pero “cuando la cámara no estaba grabando, solo podía llorar en mi almohada”. “¿Cómo llegué hasta aquí?”, se preguntaba la joven, “yo solo era una camarera”.

 

"Comencé a rezar a mi Salvador"

“Uno de mis fans viajó desde Georgia hasta California para conocerme y me pidió que le firmara mis películas”. Deanne se lo tomó como un halago, “incluso me compró mis galletas favoritas”. Aquel hombre había invertido todos los ahorros familiares en aquel viaje. “Cuando llegó a su casa, estaba angustiado porque no podía asumir que yo era una persona real, y cuando regresó a su casa, su esposa le prohibió acceder de nuevo a los chats y a la pornografía”. Cogió una pistola y se suicidó delante de su familia.

Llegó un punto en que Deanne no sabía relacionarse con la gente al margen de la sexualidad. “Recuerdo pensar, `¿cómo sería vivir una vida con ropa puesta?´”. Deanne pensó que nunca había tenido una cita, “¿cómo sería salir con alguien que no me preguntase por el sexo?”, se preguntaba. En ese momento, pidió ayuda a Dios: “Comencé a rezar a mi Salvador: `Por favor, no quiero quedarme atrapada aquí para siempre´. Necesitaba salir de este entorno por completo".

 

Una familia la acogió y le transmitió la fe

Sus oraciones fueron escuchadas. Deanne se decidió y dejó la industria del entretenimiento para adultos en marzo de 2010. “Afortunadamente”, explica, “tengo un Dios que nunca deja de perseguirme”.

 

Deanne acudió al programa de readaptación Refugio para Mujeres. La joven debería invertir un año de readaptación social y desintoxicación. Recuerda que “estuve siete meses en la casa, y después fui con una familia con la que terminé quedándome durante dos años”. Aquella familia la acogió como si fuese uno más, y allí descubrió la fe. “No me estaban predicando la Biblia, ni diciéndome lo equivocada que estaba, simplemente amaban. Amaban a Dios, y el uno al otro” explica en Thrive.

 


                         Deanna y su esposo Matt ahora tienen dos hijas gemelas.



Una historia para llevar a la gente a Dios

“Después de pasar años huyendo de las cosas, por primera vez en mi vida sentí que estaba caminando en un sentido. Estoy aprendiendo a caminar con orgullo”, pensaba, y conociendo “mi verdadera identidad, que está en Jesús”.

 

Entonces, tomó una decisión: dedicar su vida al apostolado. “El mundo me derrumbó”, afirma, “pero lo que me dejó es mi historia, y continuaré usándola para traer a la gente de vuelta a Dios”. Un propósito que ha plasmado en su libro Comprada. Dejando la industria sexual.

 

Un matrimonio ayudando a dejar las adicciones

Tras su conversión, Deanne comenzó a estudiar un programa de Formación Espiritual en el seminario de Asbury. Allí conoció a su marido, Matt, con el que ha tenido dos hijas gemelas. “Nos conocimos en la universidad donde hicimos el máster, y desde entonces, dedicamos nuestro tiempo a la familia y a ayudar a otros a liberarse de las adicciones”, en particular al sexo y a la pornografía. Juntos, esperan abrir un rancho de trabajo para ayudar a las personas a retirarse y conectar a aquellos que están luchando contra diversos trastornos.

 

Actualmente, Deanne dirige una asociación dirigida a orientar y dar esperanza a personas con adicciones, un trabajo que adora, y que le permite “sacar adelante y defender las causas que me apasionan”.

 Fuente

https://www.religionenlibertad.com/personajes/216771086/deanna-lynn-desvela-sordidez-porno-actriz-ayuda-adictos.html





miércoles, 2 de junio de 2021

La prostitución de esclavas en tiempos de las flotas

 

9 de octubre de 2020

La prostitución de esclavas en tiempos de las flotas

Por Marta Denis Valle*

 

La Habana (Prensa Latina) La explotación sexual de mestizas y negras esclavas estuvo presente cuando la Habana se convirtió en un enorme hospedaje a la llegada de las llamadas flotas de Indias, desde la segunda mitad del siglo XVI y parte del XVII.

 

Antaño llamada Llave del Nuevo Mundo y ahora Ciudad Maravilla, La Habana fue guardiana del Golfo de México, desde su estratégica posición geográfica y excelente clima, bendecida por una famosa corriente marina.

 

La mayor regularidad de este comercio ocurrió de 1570 a 1620; en 1628 resultó saqueada la flota española en la bahía de Matanzas, por los holandeses.

 

Las guerras españolas del siglo XVII afectaron grandemente la periodicidad de las flotas que se redujeron a viajes cada tres o cuatro años o más, hasta que caducaron al final de la centuria por las nuevas condiciones internacionales.

 

LA HABANA DE LAS FLOTAS

 

Cuba sufría un estado de depresión y de empobrecimiento muy grande, y según noticias que llegan hasta nuestros días, el arribo de Las Flotas a su mejor puerto trajo una serie de ventajas económicas para los habaneros aunque también males en cuanto a la sanidad y la moral.

 

La suerte futura de la villa estado vinculada estrechamente al traslado a España de los tesoros que los conquistadores robaban de los pueblos originarios.

 

En 1526 se prohibió a los mercantes españoles navegar solos a las posesiones americanas por los ataques de corsarios y piratas y en 1543 se hizo obligatoria la organización de convoyes.

 

Por Real Cédula del 16 de junio de 1561, el rey Felipe II ordenó que ningún barco partiera de España fuera de convoy.

 

El Sistema quedó reglamentado estrictamente, en 1564, mediante dos flotas con periodicidad en la denominada Carrera de Indias: La Flota de Nueva España (México) y Flota de Tierra Firme o de los Galeones.

 

Ambas coincidían en el puerto habanero para viajar juntas, después del invierno, de regreso a la Metrópoli por el Canal Nuevo de Bahamas.

 

Mientras los barcos permanecían en el puerto semanas y meses, los pobladores vendían a los pasajeros frutas, carnes, pescado, legumbres y otros productos.

 

En cuatro calles existían 50 tabernas (unas12, 5 por calle).

 

Los negocios rendían provecho económico, en esa inmensa casa de juego, pero eran frecuentes las riñas, casos de muerte y escándalos.

 

Hubo gobernadores, jefes de guarnición, oficiales reales, alcaldes y regidores que se involucraron en los juegos de naipes y otros, con el cobro de ciertos derechos a los jugadores.

 

Durante su estancia, marinos, soldados y pasajeros cometían desafueros contra el vecindario, sin respeto a las autoridades locales; incluso tomaban a la fuerza a mujeres libres y esclavas.

 


LOS PRIMEROS PROSTIBULOS

 

Los amos esclavistas pusieron a sus negras y mulatas como prostitutas, las que debían pagarles jornales diarios, de acuerdo a la temporada; seis reales en tiempos de flotas, y tres en otras etapas.

 

Aunque se desconoce la existencia de la prostitución organizada, la relación amos esclavas prosiguió con importantes beneficios para aquellos.

 

Parte de ellas llegaron a comprar su libertad; alquilaron sus propias habitaciones y ante la falta de alternativas económicas prosiguieron el llamado más viejo de los oficios.

 

De esta forma nació y creció la prostitución en esta Villa, a la cual le concedieron los honores y prerrogativas de ciudad, por Real Cédula del 20 de diciembre de 1592.

 

De hecho ya era la Habana la capital de Cuba, aunque hasta 1607 no se produjo la declaración oficial al respecto.

 

*La autora es historiadora, periodista y colaboradora de Prensa Latina

 

rr/mdv

https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=402104&SEO=la-prostitucion-de-esclavas-en-tiempos-de-las-flotas









Cabe dudar de que existiera alguna vez la llamada prostitución sagrada

 Cabe dudar de que existiera alguna vez la llamada prostitución sagrada

La historiadora Stephanie Budin publicó un libro en el que trató de mito lo que todo el mundo daba por un hecho histórico




JOHN WILLIAM WILKINSON

 04/10/2020 00:05 | Actualizado a 04/10/2020 08:50

Es probable que la Historia con mayúsculas contiene más bulos que los que se cuelgan una tarde cualquiera en Facebook, Twitter o Instagram. Es decir, mogollón. Mas un vez identificados como tal, lo difícil en ambos casos es desmentirlos, como queda patente cada vez que un historiador se atreve a poner en entredicho, con todas las pruebas que se quiera, la veracidad universalmente aceptada de, por ejemplo, un episodio concreto o hasta la naturaleza de una creencia o rito que durante siglos se atribuía, sin cuestionarlo, a alguna de las civilizaciones de la Antigüedad.

Sabemos al menos desde Tucídedes que no es tarea fácil para el historiador dotar su trabajo con la necesaria dosis de imparcialidad requerida para evitar que se ponga en duda su credibilidad. Ha habido a los largo de los siglos y hasta el día de hoy historiadores que tenían -o tienen- más de fabuladores que otra cosa, máxime si estaban -o están- a sueldo de un príncipe, un tirano o una ideología. Tal es el caso de la existencia (o no) de la prostitución sagrada.

El planteamiento de Budin no era del agrado de ciertos círculos feministas partidarios del empoderamiento de las mujeres

En 2009, la historiadora Stephanie Budin publicó The Myth of Sacred Prostitución in Antiquity (Cambridge University Press), que de inmediato levantó ampollas entre sus colegas del ramo. ¿Cómo se atrevía a tratar de mito lo que todo el mundo daba por un hecho histórico como la copa de un pino? Para mayor escarnio, su planteamiento no era del agrado de ciertos círculos feministas partidarios del empoderamiento de las mujeres.

Se ha venido creyendo que la prostitución sagrada -también conocida como del templo o religiosa- era un rito de fertilidad o, en todo caso, de carácter simbólico, practicado en Babilonia y otras civilizaciones, que obligaba a cada mujer a ‘yacer con algún desconocido al menos una vez en la vida’. Pero no se hacia gratis, sino a cambio de una moneda de plata. Los encuentros se producían en el templo de Ishtar (Afrodita). Luego de la cópula, una vez depositaba la moneda en el cepillo, la mujer ya podía irse a casa, satisfecha por haber cumplido con su servicio espiritual a la diosa.

Eso sí, la mujer no podía rechazar al hombre que le ofrecía la moneda de plata, en cambio los hombres podían elegir libremente con quién querían acostarse. Por esta razón, una mujer fea o malhecha podía pasar años encerrada en el templo antes de poder cumplir con su deber y así recobrar su libertad.

La prostitución sagrada obligaba a cada mujer a ‘yacer con algún desconocido al menos una vez en la vida’

Pues bien, según la tesis de Budin todo esto no son más que majaderías. ¿En que se basaba para desmentir de forma tan tajante lo que se tenía por un hecho histórico? Pues algo tan sencillo como consultar y reinterpretar las escasas fuentes originales. Y concluyó que la prostitución sagrada no pasa de ‘constructo literario’. Afirma que al describir Heródoto este rito babilónico, lo que pretendía era emplear una metáfora de la conquista de Babilonia por los persas: la violación de las mujeres de los vencidos por los vencedores. En todo caso, Heródoto presentaba el supuesto rito babilónico como una inversión de las costumbres helenas.

De modo que, a partir de su origen meramente retórico, la existencia de una u otra forma de prostitución sagrada fue tomada por historiadores (en su inmensa mayoría varones) al pie de la letra, cuando lo cierto es que no era más que un recurso empleado para denigrar culturas foráneas, como con frecuencia se ha hecho a lo largo de la historia con acusaciones infundadas de la práctica de canibalismo o sacrificios humanos. Budin nos advierte de lo fácil que resulta que ‘se haga viral’ un mito erudito: ¿quién no quiere creer que había puticlubs en Babilonia?

 Fuente

https://www.lavanguardia.com/cultura/20201004/483792820168/prostitucion-sagrada-baul-de-bulos.html

Nota: la imagen está copiada de la nota original




Relato verídico de prostitución-trata

 Este relato no es ficción, me fue compartido por alguien que se dedica a asistir a víctimas de prostitución.trata. Las circunstancias y nombres no aparecen por seguridad.

 

A veces no quiero escribir más. No quiero contar más historias porque siento que voy en contra mano. Tod@s festejando y yo contando lo que cuento. Pero sino lo hago la culpa me achicharra el cuore. Las otras chicas de pronto se desbandaron y nos quedamos solitas tomando mates. Yo tomando mates ella un vaso de agua. Hacía rato que quería contarme algo y nunca estábamos solas. Me miró bien fijo y comenzó a relatarme su historia. Su causa sin cerrar y como escapó del horror de la esclavitud. La tenían en un depto, junto con tres chicas más . Dos supuestamente independientes y ella y otra esclavizadas. La diferencia era que las dos supuestas independientes atendían a los clientes que querían cosas "normalitas"' 'Mientras que ella y la otra piba tenían que bancarse a los "brutales". Yo no quería que me diera detalles, primero porque me destroza siempre como el primer relato, segundo porque siento que remover tanto dolor, horror y espanto no sé cómo puede terminar. Igual habló y contó cosas indescriptibles y que no puedo plasmar acá. Para huir ella y la otra piba se tiraron de la ventana del primer piso la otra se quebró en tres partes la pierna derecha y ella zafó y la arrastraba. Todo esto mientras las dos supuestas independientes gritaban acusándolas que huían.




Después vino el día después, la causa y la mar en coche. Con los ojitos chiquitos y húmedos profetizó que no iba a volver ni siquiera para ver los dos pibitos que dejó con su mamá por miedo a que la estén buscando y se los dañen. Prefería el horror del olvido a la culpa de que se vengaran en ellos. Me preguntó si yo creía que podría acomodar la cabeza después de tanta droga de la "mala" que le dieron. A lo que no dude en responderle que "estaba segura que iba a acomodar la cabeza y salir adelante" y ahi me puse a dar una cátedra de las neuronas que podemos desarrollar intentando acordarme de algo de lo que me dijo tantas veces mi hijo Gino   Como no lo escuché con más atención!!! . Igual se tranquilizó y sonrió.

Me fui a casa -aunque esa también es mi casa- pensando en el esfuerzo que  tengo que hacer cada vez que intento explicar la oscuridad, el horror y el terror que es la prostitución. Por qué tengo que perder tiempo tan valioso en eso. Si pudiera llevar a cada quien a hablar con alguna de las chicas que conocí, conozco o conoceré sería más fácil. Pero no puedo cometer semejante brutalidad y revictimar a quienes han sufrido tanto tanto. Y van a sufrir' Lo más probable que hasta el día que se mueran convivan con los fantasmas del espanto.

Cada año nuevo cierro los ojos y pido a Dios tres deseos. "Que no haya más esclavitud , que no haya más esclavitud, que no haya más esclavitud" Todavía no se me cumplieron. Capaz en este 2021 se me cumplan.

Entre tod@s podemos construir un mundo mejor. Me ayudás?