Amadh
En este blog no puede faltar una referencia
expresa a una organización fundante en el activismo abolicionista argentino
como es la Asociación de Mujeres
Argentinas por los Derechos Humanos.
Constituida por mujeres en situación de
prostitución, o que lo han estado, y que han sido capaces de atravesar los
modelos que la sociedad machista les ha impuesto y sepultar la idea de que la
prostitución es un destino del que no se puede escapar.
Han tenido el mérito de cuestionarse a sí
mismas, de preguntarse realmente qué tipo de vida quieren y cuáles relaciones
con los hombres y mujeres que integran el mundo social. Hubiera sido muchísimo
más fácil y seguramente habrían recibido enormes aportes económicos, si se
hubieran dejado deslizar por la pendiente de lo socialmente esperado, de la
aceptación de su condición de mujeres-cuerpos de alquiler sin contradecir, sin
cuestionar al privilegio patriarcal del que los hombres gozan ni el modelo que
obliga a quienes han nacido con sus derechos secuestrados a someterse a los
designios de los que sí han podido elegir.
Otras organizaciones reciben mucho dinero para
promover la prostitución, para difundir la idea de que el proxenetismo es parte
de una “industria” floreciente, que las personas que ejercen la prostitución lo
hacen por su voluntad y que la trata de personas existe en algún lugar remoto,
casi extramundano, muy lejos de los prostíbulos conocidos. Organizaciones que
en su silencio respecto del abuso sexual comercial infantil (“prostitución
infantil”) pornografía infantil, trata de personas, delatan su origen e
intereses. Mientras estas promueven la prostitución, Ammadh se define, como
corresponde, en la acción creando la posibilidad de estudios primarios para
aquellas que no saben leer ni escribir (Centro Educativo para Adultos Nº58 de
nivel primario con título oficial que funciona en su sede en el barrio de Once),
abren el camino para el aprendizaje de un
oficio (Convenio con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y la
UOCRA). La dignidad no se declara, se ejerce.
Tal como las mujeres que la integran lo
manifiestan, es una organización que:
“lucha por los derechos de las mujeres en situación
de prostitución y/o explotación sexual como una de las formas de violencia de
género. “
Estos objetivos ya implican una clara
declaración de principios al considerar a la prostitución como una de las
formas de la violencia de género. De este modo quitan el tema de la órbita de
lo personal, de lo individual para enmarcarlo dentro de las problemáticas
sociales y dentro de las prácticas patriarcales.
Volvamos a sus voces:
“Son nuestros objetivos trabajar para prevenir la prostitución y/o
explotación sexual de mujeres, niñas y niños. Consideramos que la prostitución
no es un trabajo, sino una situación de las que las mujeres podremos salir con
organización y luchando por otro modelo de sociedad, sin ningún tipo de
opresión o explotación.”
En concordancia con el objetivo que su nombre expresa: por los Derechos
Humanos, rechazan todo intento de
considerar a la prostitución como un “trabajo”, por el contrario, la consideran
“ una situación de las que las mujeres
podremos salir…”, de este modo se inscriben en la línea abolicionista
que tiene una de sus raíces en el Convenio de Naciones Unidas del año 1.949
para la Represión de la trata de personas y de la explotación de la
prostitución ajena, el que en su Preámbulo dice:
“Considerando que la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de
personas para fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el
valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, de la
familia y de la comunidad.”
Para ellas la organización y lucha tiene este
objetivo y el medio es la obtención de “políticas
públicas integrales de inclusión social que garanticen trabajo, educación,
salud y vivienda digna que permitan la transformación social y cultural,
desnaturalizando la discriminación y las desigualdades que constituyen la
prostitución.”
La organización surgió en 1995 cuando un grupo de mujeres en situación de
prostitución se organizaron en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) para
hacer frente a la violencia policial por la aplicación de los códigos
contravencionales que perseguían y reprimían a las personas en situación de
prostitución.
A la par que la nueva agrupación se
consolidaba comenzaron las presiones tanto desde el interior como desde el
exterior para que aceptaran autodenominarse “trabajadoras”, las presiones
venían acompañadas de “programas” o “proyectos” con un importante aporte económico.
Es así como dos proyectos de vida y de la valoración de la propia persona
colisionaron, uno que bajo un barniz brillante estabilizaba conservadoramente
la situación de las mujeres tal como la tradición y el patriarcado las querían
(la prostitución como trabajo), el otro netamente instituyente hacía ruptura
con este pasado, con este modo de ver y entender a las mujeres y a las
relaciones entre las personas (abolicionismo).
“En el año 2003, luego de profundos debates sobre la validez de la figura
de “trabajadoras sexuales” y su sindicalización, decidimos desvincularnos de la
CTA. Nos constituimos jurídicamente como la Asociación de Mujeres Argentinas
por los Derechos Humanos (AMADH), manteniendo también la sigla que
construyéramos con nuestro trabajo: AMMAR Capital.”
“Nuestra lucha cotidiana apunta a ser reconocidas como ciudadanas plenas
de derechos y a prevenir la situación de vulnerabilidad y exclusión social que
nos arroja a miles de mujeres, niños y niñas a la prostitución y/o explotación
sexual.
Después de 16 años de luchas, debates y procesos políticos y colectivos, podemos afirmar hoy que la prostitución no es equivalente a la oferta de cualquier otro servicio, de eso podemos dar fe. No queremos seguir aceptando en el futuro lo que nos impusieron, ya sea desde la cultura patriarcal o el sistema prostituyente. Nuestra lucha es colectiva, y busca que juntas podamos quitarnos las culpas para avanzar todas y todos por igual, peleando por nuestros derechos como mujeres a una educación, a un trabajo, a la salud y a una vivienda, dignas.”
Después de 16 años de luchas, debates y procesos políticos y colectivos, podemos afirmar hoy que la prostitución no es equivalente a la oferta de cualquier otro servicio, de eso podemos dar fe. No queremos seguir aceptando en el futuro lo que nos impusieron, ya sea desde la cultura patriarcal o el sistema prostituyente. Nuestra lucha es colectiva, y busca que juntas podamos quitarnos las culpas para avanzar todas y todos por igual, peleando por nuestros derechos como mujeres a una educación, a un trabajo, a la salud y a una vivienda, dignas.”
“Desde el comienzo de nuestra lucha como organización de mujeres, uno de
nuestros objetivos principales ha sido, y sigue siendo, dar a conocer a la
sociedad que la prostitución y la explotación sexual es una problemática social
que muestra en toda su crudeza la desigualdad de oportunidades y la falta de
adecuadas políticas públicas para encarar la pobreza y la falta de equidad. En
este sentido, nos encontramos con un primer desafío para la transformación
social: pensar a la prostitución y a la explotación sexual como una
problemática social.”
Los textos fueron obtenidos de:
http://www.amadh.org/
El 21 de
marzo de 2014 salió publicada una nota que Mimí, integrante de Amadh, dio a La
Retaguardia de la que extraigo algunos puntos:
“En los últimos años
se profundizó el debate acerca de la prostitución. Para algunos es un trabajo
como cualquier otro, para otros debería ser abolida. Mimí explica su posición:
"consideramos que estar en situación prostitución no es un trabajo, sino
una situación de vulnerabilidad por la falta de políticas públicas y empleo
genuino. Es por eso que, últimamente, estamos pidiéndole al Ministerio de
Trabajo políticas públicas para este sector y hemos firmado un convenio donde
el año pasado se capacitaron veinte chicas de electricistas y ya están
trabajando" en ese oficio, según detalló. "Nosotras pensamos que es
bueno, porque se sigue con la independencia, ya que nosotras no tenemos cultura
de trabajo", dice y levanta la apuesta: "pedimos trabajo digno y
genuino principalmente. Donde poder sentirnos fortalecidas por estar
capacitadas y saber algo, porque la prostitución cierra muchas puertas. Si nos
dan oportunidades de capacitación y educación se puede salir de la situación de
prostitución. Por eso hacemos hincapié en el trabajo de la prevención de la
prostitución. Tenemos un taller de adolescentes, que si bien a veces no podemos
captar a las madres en situación de prostitución, captamos a las hijas para no
repetir la historia. Hay taller de fotografía y va a empezar uno de
radio". Ese taller de radio al que hace referencia las trajo a Radio La
Retaguardia.
Es importante el lugar
que le dan a la prevención de la salud: "también trabajamos en la
prevención de enfermedades de transmisión sexual y la salud de la mujer.
Tenemos promotoras que hacen concientización del cuidado de la salud de las
compañeras. Por ejemplo, les dicen a qué médico referente, al que ya hemos
sensibilizado, asistir sin turno". El mismo interés lo colocan en la
educación de las chicas: "también tenemos un aula de primaria. Cuando
empezamos a repartir folletos nos encontramos con muchas compañeras que los
arrugaban, los tiraban y no sabíamos por qué. Nos dimos cuenta de que no sabían
leer ni escribir". Para esto se hizo un convenio con el Ministerio de
Educación: "en nuestra oficina funciona un aula satélite para terminar el
primario. Vamos por el secundario también, pero lleva tiempo".
Acerca de cómo
continuar con el debate en torno al tema Sifón opinó que: "todos estamos
involucrados en la prostitución. La sociedad la acepta y la naturaliza. Y
después estigmatiza a las personas; esto es un mandato del patriarcado.
Entonces, los clientes alientan la esclavitud de la prostitución, pensando que
a las mujeres nos gusta. Porque en la prostitución se obedece, los proxenetas
enseñan a obedecer". Es el momento en el que su tono se vuelve más duro e
intransigente.”
http://www.argenpress.info/2014/03/mimi-de-amadh-en-la-prostitucion-se.html
En diciembre del 2.011 Amadh sacó el primer número de su revista “Con voz propia” de la que a continuación copio su Editorial:
¿Prostitución o prostituidas?
Por Graciela
Decidí sacarme las culpas que se habían
apoderado de mí como resultado de mis largos años de estar en prostitución o,
podría decir, siendo prostituida.
Sacarse las culpas no es tarea fácil, pero más
difícil aún es sacarte el estigma que esta sociedad construye sobre nosotras,
que el mismo sistema naturaliza y, en el proceso, define qué es lo que está
bien o qué es lo que está mal.
Siento un gran avance al estar escribiendo esta
nota para nuestra primera revista. No lo hubiera hecho hace unos años cuando
esa misma culpa y estigmatización acorralaban mi palabra impidiéndole salir. La
gradual toma de conciencia fue levantando mi voz y dejando a un lado el lamento
de aquella parte de mi vida sobre la que hoy puedo escribir. Es una forma de
romper con esa naturalización y que nuestras voces se escuchen.
Contra toda creencia, no todas la mujeres que
estamos en prostitución la elegimos. Sí elegimos hoy buscar cambios, sorteando
obstáculos en el camino hacia la libertad.
La prostitución es, sin duda, una problemática
muy compleja. No todo es blanco o negro. No tiene nivel social. Ser prostituida
en un hotel de cinco estrellas, en un privado, parada en el duro frío o intenso
calor de la calle; cualquiera sea el lugar, somos objeto de poder y abuso. En
muchos casos, este sometimiento parte de tu mismo entorno familiar, pareja,
novio, amante. Vas dejando naturalizar la violencia por el solo hecho de
garantizar el sustento de cada día.
La prostitución no es equivalente a la oferta
de cualquier otro servicio. De eso puedo da fe. No queremos seguir aceptando en
el futuro lo que nos impusieron, ya sea desde la cultura patriarcal o el
sistema prostituyente. Mi lucha es colectiva, y busca que juntas podamos quitarnos las culpas para avanzar
todas y todos por igual, peleando por los derechos a una educación, a un
trabajo, a una vivienda dignas.
Que nadie tenga que revolver la basura para
poder comer, y que ninguna mujer tenga que ser prostituida para poder
sobrevivir.
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