Testimonios de prostitución
Esta frase
es lapidaria: “Cuando era pequeña
un tío mío abusó sexualmente de mí, crecí con ese amargo y triste secreto.” Pero por lo tremenda
no deja de ser un lugar común en la historia de las personas en prostitución.
Estudios realizados muestran que más del 70% de las mujeres en situación de
prostitución han sufrido abuso sexual infantil.
El abuso sexual infantil daña, marca, de manera definitoria
la subjetividad del niño/a porque no solamente implica el abuso en sí mismo –de
por sí traumatizante-, la mayoría de las veces cometido por familiares o amigos
de la familia, sino que además comprende a todo el grupo familiar. Los padres o
quienes tienen la responsabilidad de cuidar la integridad del niño/a que se desentienden, cuando no son cómplices,
entregadores.
Los sentimientos de profunda desvalorización y culpa suelen
acompañar toda la vida a quienes fueron víctimas lo que también se manifiesta
como rechazo al propio cuerpo, a sus sensaciones y al placer. La violencia
sufrida marca de manera negativa el hecho de ser mujer y a la propia
sexualidad.
Desde esta perspectiva la prostitución aparece como un
síntoma, una serie de conductas que señalan la presencia del daño previo.
En la mayoría de los casos nos encontramos también con la
pobreza económica, muchas veces extrema, pero esto no nos debe confundir, no
toda niña/niño pobre terminarán en la prostitución, para eso la carencia
económica debe asociarse a otros tipos de faltas, la desvalorización de la
niña-mujer convertida en objeto para producir dinero, a la ausencia de
sensibilidad, de cuidado amoroso, de respeto al cuerpo, a la persona.
En este
contexto el abuso sexual infantil, que, repito, se halla presente en la mayoría
de las historias de personas en prostitución, es representativo de este clima
en que se forma la subjetividad infantil. Esto no significa no tomar en cuenta
el factor de predisposición y disparador que significa la pobreza, la carencia
económica, y todo lo que implica: falta de escolarización, de acceso a la
salud, a la capacitación y oportunidades laborales, mala alimentación y
vivienda.
El dinero aparece entonces como representante de lo que
puede suplir, anular, todas las faltas, todo el amor que no se ha recibido. Es
la carta mágica que permitirá salir de la “pobreza” afectiva y aportará el
respeto y valoración de la familia, especialmente de la madre: “que podía ganar algo de dinero y así
ayudarle a mi madre”, “con las ganancias le ha podido remodelar la casa a su
familia.” Esto es un elemento también característico de estas historias, la
familia, aquella que en su momento no cuidó o entregó a la niña, ahora sigue
haciéndolo, fingiendo no darse cuenta de la situación de prostitución, o
abiertamente aceptándola porque les reporta económicamente.
De este modo, la prostitución que es imaginada como la
salida a ese mundo infernal, devuelve a la persona al mismo, nuevamente una y
otra vez es abusada, otra vez el descuido, la falta de amor, el uso que el
dinero no llega a compensar: “nadie sabe
lo que pasamos”.
Muy lejos estamos del mundo glamoroso que el marketing
proxeneta nos vende. Sin contar que Tiffany no nos habla de sus dificultades
psicológicas y físicas, mucho menos de la presencia de proxenetas, redes de
prostitución, tratantes de personas y de la siempre presente, “prostitución
infantil”.
En el mundo capitalista el dinero se ha convertido en un fin
absoluto –o los objetos que con este se pueden comprar- que pretende tapar lo
que de otro modo sería más que evidente, la violencia que todo acto de
prostitución implica, la violencia en que millones de niños/niñas crecen en
nuestras sociedades opulentas.
Alberto B Ilieff
Prostituta VIP : “Es
fácil juzgar y criticar a las mujeres que hacemos esto, pero nadie sabe lo que
pasamos”
Por Alexis Torres -
Junio 11, 2017
Diario Tiempo Digital consiguió el testimonio de una joven
Prostituta VIP donde nos comentó como ha sido su experiencia.
Tegucigalpa. Diario Tiempo Digital consiguió el testimonio
de una de las protagonistas de lo que se ha convertido en un “empleo” habitual
para muchas jóvenes hondureñas: la prostitución VIP.
Es una bella mujer, con rasgos físicos únicos. Ella, una
dama de 26 años de edad, accedió a compartir su historia. Eso sí, siempre y
cuando mantuviéramos su identidad en el anonimato.
En esta ocasión la llamaremos Tiffany, una hermosa dama, de
pelo color negro, tez blanca, ojos tono
café miel, que con su linda mirada endulzan a cualquier hombre.
De buena estatura, una mujer de aproximadamente 1.70 mts.
Sus manos y piel muy bien cuidadas; pero no todo en esta vida lo que brilla es
oro.
“Es fácil juzgar y criticar a las mujeres que hacemos esto,
pero nadie sabe lo que pasamos”, dijo Tiffany.
Con estas palabras iniciamos la interesante conversación con
la que abrimos las puertas a la triste realidad que viven muchas jóvenes en
nuestro país.
“Cuando era pequeña un tío mío abusó sexualmente de mí,
crecí con ese amargo y triste secreto.
Me encontré en un círculo emocional bastante confuso entrando a mi
adolescencia, ya que me preguntaba porque me había pasado eso a mí”, contaba
con su mirada fija la guapa hondureña.
Mientras conversábamos, podía sentir un cierto resentimiento
y rencor cuando expresaba todo lo que había vivido en su niñez.
“Crecí en un hogar humilde, hija de una madre soltera. Mi
padre nos abandonó cuando yo estaba muy pequeña, dejó a mi mamá encargada de
mis dos hermanos menores y yo”, expresó Tiffany.
En ese momento pausé mi grabadora, ya que sus lágrimas
empezaron a caer por sus mejillas. Le pasé una servilleta de las que estaban en
la mesa donde charlábamos, mientras nos tomábamos un café.
Pasaron unos 2 minutos y medio cuando volví a poner en
marcha mi grabadora y continuar con la conversación. En ese momento, me miró a
los ojos y me interrogó lo siguiente:
“¿Querés saber cómo y por qué entre a este mundo?”, a lo que
respondí inmediatamente que sí.
“Bueno, honestamente quería llegar a ser alguien, tener todo
lo que nunca pude tener de pequeña. Además, mi mamá trabajaba en una tienda y
lo que ganaba casi no le alcanzaba para la comida”, indicó la joven hondureña.
Seguidamente me explicó cómo es que fue atrapada por las
garras de la prostitución.
“Tenía 19 años, cuando una prima mía me dijo que si quería
ganar dinero solo por “salir a fiestas con hombres”. También me dijo que la
paga era buena, entre mil y mil 500 lempiras por noche, me dijo que no tenía
que hacer nada que no quisiera”, manifestó.
Al mismo tiempo, Tiffany agregó que “ante esa propuesta,
miré que podía ganar algo de dinero y así ayudarle a mi madre”.
Una falsa ilusión
De acuerdo a lo informado por la joven y hermosa hondureña,
esta profesión le deja muchas ganancias económicas.
Trascurridos uno 17 minutos de la plática, la linda
“catracha” detalló cómo fue esa primera cita.
“Me acuerdo que ese día eran como las cuatro de tarde y ella
–la prima- me habló para preguntarme si me había decidido. Yo le contesté que
sí, que dónde íbamos a ir, y me dijo que a una casa de unos amigos de ella”,
añadió.
Comentó que cuando llegaron a la casa del “amigo” de la
prima, ella miró que no era un amigo cualquiera.
“Llegamos a la casa de esa persona, muy reconocida por
cierto. Pues bueno, ya me presentó con los demás hombres que estaban ahí.
Trascurrió la noche y tomamos tragos finos. Yo me preguntaba a qué hora nos
regresaríamos para la casa, le pregunté a mí prima y me dijo que disfrutara
porque nos iban a pagar bien”, precisó
Tiffany.
Sin rodeos manifestó que esa noche, el hombre con el que
comenzó esa “falsa ilusión”, le ofreció 5 mil lempiras por dormir con ella.
“No teníamos para comer en la casa, no tenía ni para
comprarme un jabón de baño de esos olorosos. Él me enseñó el dinero y se lo
agarré y tuve relaciones sexuales esa noche con el primer desconocido”,
recordó.
Con su mirada a veces ida y pensativa, ella relataba una y
otra historia de sus inicios en la prostitución VIP.
“Parte de la
situación económica y social del país me llevó a eso”: Tiffany
Con el dinero que gana mensualmente le ayuda económicamente
a su familia y paga sus estudios universitarios.
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Sorina Vazelina |
Con su ceño fruncido comentó
que no podía dejar de lado que una de las causas que la llevó a trabajar
como sexo servidora era la profunda crisis económica y social que vive nuestro
país.
“Aquí el salario minino no alcanza para nada y yo quería
vivir con más comodidades. Llevo haciendo esto hace ya casi siete años. No soy
bruta, me sé administrar –Ja,ja,ja,ja-”, indicó entre carcajadas la guapa
mujer.
Explicó que sus clientes son hombres, la mayoría políticos y
empresarios hondureños.
“Mis principales clientes son personas con mucho poder y
dinero. Me dan lo que quiero y cuando se los pido. Me contratan de dos a tres
veces por semana cada uno. No te voy a decir quiénes son, pero lo que sí te
digo es que son personas poderosas”, declaró Tiffany.
Señaló que el tiempo que lleva ejerciendo esa labor y con
las ganancias le ha podido remodelar la casa a su familia.
“Mi familia piensa que trabajo en un banco de la capital.
Actualmente solo me dedico a eso, me deja buenas ganancias, entre 20 mil a 25
mil lempiras al mes”, puntualizó.
Para Tiffany la vida que lleva le da tranquilidad, y ya no
lo mira como algo malo. “Mis amistades no saben nada, solo mi mejor amiga, es
la única que sabe”, acotó la “catracha”.
Pronto se retirará
Con una sonrisa radiante me dice que pronto dejará de
prestar sus servicios sexuales exclusivos o VIP.
“Solo termino la universidad y me dedicaré a ejercer la
carrera universitaria que elegí estudiar. De esa manera quiero empezar una
nueva vida, y te soy sincera que no me arrepiento de hacer lo que hago”,
subrayó.
Justificó que la
situación que vive el país, el tener dinero se ha convertido prácticamente en el
objetivo de la vida.
“En Honduras si no tenés dinero no comés, no podés ir al
médico, en fin no podés hacer nada. Eso sí, con esto no te digo que justifico
la prostitución, porque para mí lo que yo hago es sobrevivir”, precisó Tiffany.
Cabe mencionar que así como el caso de esta compatriota hay
decenas de mujeres que experimentan las mismas situaciones.
En Honduras la prostitución está prohibida, pero muchas
personas se las ingenian para salir adelante y mantener a sus familias.
La prostitución se define como el acto de participar en
actividades sexuales a cambio de dinero o bienes.
Aunque esta actividad es llevada a cabo por miembros de
ambos sexos, es más a menudo por las mujeres, pero también se aplica a los
hombres-
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