sábado, 20 de octubre de 2018

"La prostitución no es dinero fácil"


Testimonio de prostitución

"La prostitución no es dinero fácil"
09.05.2018
Un artículo de Ambar IL

La prostitución no es dinero fácil. De fácil no tiene nada.
Cuando te sucede el abuso, cuando eres niña, algo cambia en tu cerebro. Te has saltado varios escalones para subir a un crecimiento de tu sexualidad correcto. Ya no lo es. Se distorsiona completamente. O lo aborreces, te da pánico, o abogas por todo lo contrario, la promiscuidad. Una promiscuidad a la que te lanza tu propio abusador, tu propia familia, tu propio entorno. La propia sociedad.

El abusador te entrena para ser una puta, para que te sometas, para que te humilles, silencies, aceptes, te resignes.

El resto, cómplice de esos abusos, te llaman  "puta, eres una puta como tu madre, solo vas a servir para ser puta, búscate hombres mayores que te mantengan".


 Todo esto desde tu infancia hasta tu adolescencia, donde acabas sin saber ni quien eres realmente, del sometimiento sexual y psicológico que arrastras toda tu vida, de tu sexualidad ya perturbada por todos ellos. Puedes acabar en un sistema prostitucional al que te han lanzado de cabeza todos ellos. Puedes acabar siendo captada, explotada sexualmente sin tú ni siquiera plantearte otra opción, porque te han hecho creer que no la tienes.
Hace un par de meses, leí un artículo, de una chica scort, y se jactaba de lo feliz que se sentía de vender su cuerpo, de tener a los hombres postrados a sus pies. Y la entiendo porque yo también fui esa chica, cuando me prostituían y cuando me prostituía. Me recuerdo también pronunciando más o menos las mismas palabras. Ahora sé que era pura supervivencia mental. Simplemente me estaban utilizando y explotando igual que en mi infancia cuando era abusada. Pero tu mente está tan vulnerable, tan manipulada y tu sumisión está tan aprendida que te hacen creer lo contrario los mismos explotadores. Al igual como lo hacía tu abusador, como lo hacia tu propia familia.




Ahora, con la perspectiva del tiempo, de los años, de la experiencia y la madurez, veo lo muy sometida, anulada, manipulada que estaba. Que había estado siempre.
Yo estuve prostituida en pisos, con más chicas, todas con múltiples problemas añadidos, igual que yo. Eso con el tiempo lo vas analizando. Más víctimas. También nos hacían creer que estábamos empoderadas y por libre elección y nos agarrábamos a esa opción porque era la única que te permitía soportar todo aquello. Cuando se quedan con la mitad de lo que te pagan, cuando te explotan para su propio beneficio económico a cambio de una falsa seguridad que te repiten te van a ofrecer, estás sometida, anulada y manipulada psicologicamente. Ellos son los primeros que te vuelven a lanzar a los monstruos. Otra vez. Sometimiento arraigado, aprendido, sumisión normalizada. Gran mentira que te pone tu propio subconsciente. Porque tú, nunca eliges, nunca elegiste y nunca elegirás. La prostitución, bajo mi experiencia, la clasifico como una repetición del abuso permanente. Nunca se llega a nada, nunca te haces rica. Todo es a cambio de tu sometimiento, de tu vulnerabilidad, de tu miedo, de tu debilidad psicológica y emocional, de tu silencio.
No me gustaba cuando me obligaban a ir a cenas, o a comidas en restaurantes. Cada vez que pisaba uno tenía siempre la sensación de que todo el mundo sabía lo que era, lo que hacía.
Me daba una vergüenza terrible. Me sentía muy vulnerable y débil.
Muchas veces, usas la tópica frase: "la mayoría solo quieren compañía, alguien que les escuche". Te autoconvences a ti misma de ello, porque así, se hace más llevadero lo que estás haciendo. Lo que te están haciendo. Es la única vía para no volverte loca, para no darte cuenta del abismo por el que estás cayendo, para no acabar de romper tu psique.
No pagas para que alguien te escuche, para eso vas al psicólogo. Total, ¡vas a pagar igual!.
Tu te consuelas creyéndote que los hombres repiten contigo, que eres buena ya no solo en lo que la prostitución comprende, si no como psicóloga de todas estas almas vacías.

¿Y tú? ¿Dónde queda tu alma vacía? ¿Acaso alguien te escucha, te presta atención si no es sin ropa bajo las sabanas?

De eso también te das cuenta con los años y las experiencias.
Es como si por haber sufrido el abuso sexual en tu infancia, el maltrato físico/psicológico, tuvieras la "obligación" de seguir vendiendo, regalando tu cuerpo cuando los demás quieren hacer uso de él.
Y repites patrón, y lo repites, en las relaciones, en las amistades. En todo lo repites, sin darte cuenta y sin ser consciente de ello.
Siempre es a cambio de algo porque creciste ya inmersa en ese sucio, depravado y despiadado intercambio.
Y en el fondo sabes que es todo una gran mentira, y te sientes mal, aunque te obligues a creer lo contrario, más que nada para que no te duela la realidad.
Ahora soy plenamente consciente de ello. Hace años, no. 

Fuente

https://www.libresyorgullosas.com/l/la-prostitucion-no-es-dinero-facil/



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