Testimonio de prostitución
Señora B
Este artículo en muchos momentos me hizo recordar el
síndrome de Estocolmo, aquel que surge cuando una persona que piensa que
objetivamente su vida peligra, que está totalmente a merced de otra y es
tratada por su raptor con algún gesto cordial. Ese trato con apariencia de
humanidad alivia la tensión interna, hace renacer alguna esperanza de que no se
la hará sufrir o se la matará. Esto también hace que se olvide la situación
real de trata, de secuestro, incluso el inicio que puede haber sido
extremadamente violento. El síndrome desarrolla un sentimiento que se puede
confundir con amor hacia su raptor. proxeneta.tratante e incluso se llega a
adoptar sus valores y justificar todas sus acciones.
La historia de cómo
me vendieron a un hombre chino y me convertí en traficante de mujeres
La señora "B" asegura que pensaba que la trata de
personas era algo por lo que todas las mujeres norcoreanas debían pasar. Ella
fue víctima de la trata y acabó convirtiéndose en traficante. Aquí te contamos
su historia
China
La señora "B" fue vendida a un hombre chino y
después ella también se dedicó a vender mujeres. (CINESOFA vía BBC).
BBC Mundo
15.12.2018 /
"Me eché a llorar. Era tan injusto... Me presentaban a
hombres cuando yo ya tenía esposo e hijos en Corea del Norte. Siento que me
metí en este embrollo porque nací en el país equivocado".
La señora "B" tenía 36 años cuando fue
"vendida" a un hombre chino, en el 2003.
Cruzó la frontera entre Corea del Norte y China pensando que
trabajaría cuidando a ancianos.
Al menos eso es lo que le dijo un traficante.
Pero resultó ser una mentira.
Su intención era ganar dinero durante un año y regresar a
casa.
De esa manera podría ayudar a su esposo y a sus dos hijos,
que estaban en Corea del Norte.
Tener un nuevo marido no era, ni mucho menos, lo que estaba
en sus planes.
- Vendida a un hombre chino -
En Changchun, en la provincia china de Jilin (norte), ella y
otra mujer norcoreana fueron presentadas a cinco hombres chinos.
Luego, el traficante le dijo: "Vive con un hombre chino
durante un año y luego huye".
Ahora el cineasta Jero Yun ha hecho una película sobre la
"Sra. B" que incluye todas las peripecias de su vida.
Una de las curiosidades de la película, titulada "Mrs.
B, A North Korean Woman" ("Sra. B, una mujer norcoreana"), gira
en torno a cómo desarrolló afecto hacia el hombre chino al que la vendieron.
Vivieron juntos durante 10 años.
Pero hay más.
- Convertirse en traficante de personas -
Aunque fue víctima de la trata de personas, ella también se
convirtió en traficante: vendía mujeres norcoreanas a hombres chinos.
En una entrevista reciente con el servicio coreano de la
BBC, afirmó que el número de mujeres que vendió es aproximadamente 50.
Cruzó la frontera entre China y Corea del Norte y luego la
frontera entre China y Laos para llegar a Corea del Sur, y todo para poder
mantener unida a su familia norcoreana.
Pero la relación entre ella y su marido norcoreano se
rompió.
A pesar de ser un país libre, dice que Corea del Sur
"la repugna" más que hacerla feliz.
- De la vida real a la pantalla grande -
Pero, desafortunadamente, su historia no es inusual.
La trata de personas es algo por lo que muchas mujeres
norcoreanas pasan cuando intentan escapar del Estado comunista de Corea del
Norte.
Muchas mujeres terminan dando a luz a niños gestados con los
hombres chinos a los que fueron vendidas y se quedan con ellos.
Además, muchos norcoreanos que van a Corea del Sur dicen que
se arrepienten de haber ido, y algunos incluso emigran a otro país.
Pero, ¿qué pensaba ella del hombre al que la vendieron?
- ¿Un romance inesperado? -
"Creo que es afecto. Cariño entre dos personas":
así es como la "Sra. B" describe sus sentimientos hacia su marido
chino (el hombre al que la vendieron) cuando le preguntaron si pensaba que se
trataba de "amor".
"Realmente nunca pensé que fuese amor. Es solo que es
muy comprensivo, una buena persona", añadió.
La "Sra. B" explicó que pocas personas hablaban de
"amor" en la China rural donde ella vivía con su esposo.
En Corea del Norte, las conversaciones sobre amor también
brillaban por su ausencia.
La película se centra principalmente en la relación con su
marido chino, al que califica como cariñoso.
En la película aparece tratando de hacerla sentir mejor con
una sonrisa cuando ella está enojada.
También la ayuda a prepararse para cruzar la frontera entre
China y Laos, y confía en que una vez que se haya establecido en Corea del Sur,
hará que él vaya con ella.
A la gente le sorprende la idea de que la trata de personas
pueda acabar en un romance inesperado.
"Le dije que podía tener hijos pero que no quería
tenerlos porque ya los tenía en Corea del Norte, y él me dijo que le parecía
bien. Me sentí muy agradecida. Es decir, ¿quién no lo estaría?", dijo la
"Señora B".
"Me sentía responsable, este hombre no tenía hijos por
mi culpa, así que mis hijos y yo estaremos a su lado cuando fallezca",
aseguró.
- Lo que la película no cuenta -
La "Sra. B" en realidad llevó a China a sus hijos
norcoreanos, además de a su marido norcoreano, para vivir con ellos, aunque eso
no sale en la película.
En 2009, llevó a su hijo mayor a China. Vivió con ella y con
su marido chino durante tres años, pero no se adaptó bien. La "Sra.
B" finalmente lo ayudó a irse a Corea del Sur.
En 2013, la "Sra. B" también ayudó a su hijo menor
y a su esposo norcoreano a irse a Corea del Sur, pero antes fueron a China y
estuvieron con ella y su esposo chino durante 40 días.
Durante un período la Sra B., su marido chino, su marido
norcoreano y su hijo pequeño dormían todos en la misma habitación. (CINESOFA
vía BBC)
"En realidad, todos dormíamos en la misma habitación:
yo, mi esposo chino, mi esposo norcoreano y mi hijo menor", dijo.
"¿No te parece romántico?", bromeó.
- "Solo una de ellas" -
La "Sra. B" dice que el 80% de las mujeres
norcoreanas son víctimas de la trata de personas cuando huyen de Corea del
Norte.
Y que ella es "solo una de ellas".
(Ni Corea del Sur, ni Corea del Norte, ni China tienen
estadísticas oficiales sobre cuántas mujeres norcoreanas son víctimas de la
trata de personas).
La "Sra. B" no se convirtió inmediatamente en
traficante vendiendo a otras mujeres norcoreanas en China.
Inicialmente, dijo, trabajó en una granja, donde ganaba el
equivalente a US$9 al mes.
Trabajó en la granja durante dos años. Se encontraba con su
familia norcoreana en la frontera entre China y Corea del Norte con la ayuda de
un traficante para darles dinero.
- El contrabando de mujeres norcoreanas -
Se sorprendió de lo débil que estaba su marido norcoreano, y
fue entonces cuando comenzó a trabajar vendiendo mujeres norcoreanas.
"Sentí que tenía que hacer algo para salvar a mi
familia", dijo.
"Necesitaba ganar más dinero. Pero no tenía
nacionalidad ni identidad en ese momento y no había muchas cosas que pudiera
hacer para ganar mucho dinero".
De 2005 a 2010 vendió alrededor de 50 mujeres norcoreanas a
hombres chinos.
Reconoció que era "trata de personas", pero
enfatizó que no las engañó (como ocurrió con ella en 2003) y que esas mujeres estaban
de acuerdo con el trato.
En ese sentido, aseguró que las había ayudado a encontrar
una forma de vivir.
"Las mujeres norcoreanas que huyeron del régimen no tienen
a nadie en quien confiar".
"Pero si las pongo en contacto con hombres, pueden
casarse y vivir seguras. Si viven en las calles, las atraparán y las enviarán a
una prisión en Corea del Norte".
Dijo que dividía el dinero entre ella y las mujeres
(vendidas).
También traducía al chino las preguntas que querían hacer
las mujeres a la familia china a la que las estaban vendiendo. Por ejemplo,
para aclarar los términos del matrimonio o para enviar dinero a la familia de
la mujer en Corea del Norte todos los meses.
Pero ¿se siente culpable de haber sido víctima y luego
traficante?
"Pensé que la trata de personas es algo por lo que
todas las mujeres norcoreanas debían pasar", respondió.
"Me engañaron, pero al menos estas mujeres sabían en
qué se metían. Es posible que hayan sentido resentimiento, pero no tanto como
yo", agregó.
- En sus zapatos -
Además de vender mujeres norcoreanas a hombres chinos, la
"Sra. B" también trabajó como traficante enviando norcoreanos a Corea
del Sur.
Dijo que había enviado a al menos 50 norcoreanos a Corea del
Sur. Y, esta vez, tuvo que ponerse en sus zapatos.
"Hice la misma ruta que hizo mi hijo menor hace dos
meses. Me había dicho que era muy dura y me aconsejó que llevase muchas manzanas
en la mochila", recordó.
"No puedo describir lo duro que fue. Se me rompía el
corazón al pensar por qué los norcoreanos tenemos que pasar por todo esto tan
difícil para sobrevivir".
El cineasta y director Jero Yun, quien la acompañó en su
fuga de China al Sudeste Asiático en camioneta, a pie y en tractor, le dijo al
servicio coreano de la BBC: "Era físicamente muy difícil para mí, con solo
una cámara y por mi cuenta, retratar todos los detalles del tumultuoso
viaje".
- "Drogar a un bebé" -
"Aunque no pude rodar mucho, ese viaje me dio la
lección más importante de toda mi vida", dijo.
En la película, cuando el grupo de desertores cruza la
frontera entre China y Laos a pie, un bebé que está en el grupo comienza a
llorar desconsoladamente, y todos entran en pánico.
Aunque en la película no se ve, la "Sra. B" reveló
que terminaron drogando al niño.
No tenían otra opción, ya que hubiesen podido atrapar a todo
el grupo, aseguró.
De Laos hasta Bangkok fueron acostados en la parte trasera
de un tractor para evitar que los viesen las autoridades.
Esta parte del viaje se ve en la película: Yun también está
acostado y graba el cielo, claro y azul.
- Sin final feliz –
La "Sra. B" le prometió a su marido chino que una
vez que se estableciera en Corea del Sur haría que él también fuese. Pero eso
no sucedió.
Llegó a Corea del Sur en enero de 2014 y, durante un
interrogatorio de los oficiales de inteligencia de Corea del Sur, la
consideraron sospechosa de espionaje.
El origen de la sospecha era que una vez había vendido una
droga norcoreana, conocida como "hielo", en China.
La "Sra. B" reconoce que lo hizo una vez para
ganar dinero.
Los funcionarios de inteligencia de Corea del Sur alegan que
el beneficio que obtuvo de la venta fue para el gobierno de Corea del Norte y
que, por lo tanto, existe la posibilidad de que sea una espía, si bien ella
niega esa acusación.
No obstante, el gobierno de Corea del Sur clasificó a la
"Sra. B", así como a su esposo, como "norcoreana no
protegida", lo que significa que no van a recibir ayudas como dinero para
asentarse, subsidios de vivienda o formación profesional.
Corea del Sur otorga el estatus de "no protegido"
a los desertores norcoreanos que tienen antecedentes penales, a los que
vivieron en China durante al menos diez años o a los desertores norcoreanos que
no solicitaron asilo en el año siguiente a su llegada, entre otros.
En el caso de la "Sra. B", el Ministerio de
Unificación de Corea del Sur aseguró a la empresa de comunicación surcoreana
News Tapa que a ella y a su esposo se les dio el estatus de "no
protegido" porque ambos vendieron drogas ilegales.
La "Sra. B" afirma que su marido nunca tuvo
absolutamente nada que ver con las drogas.
La cantidad de norcoreanos que huyen del país ha descendido
notablemente desde la llegada al poder de Kim Jong-un hace siete años, según
Seúl.
Además, alega que gastó todo el dinero que ganó vendiendo
droga y que, por lo tanto, no hay motivos para que los funcionarios de la
inteligencia surcoreana sospechen que era una espía.
Los dos presentaron una demanda contra el gobierno de Corea
del Sur.
En este proceso, el marido chino de la "Sra. B" se
casó con otra mujer.
- Solo amigos -
Pero siguen en contacto "como amigos", cuenta la
"Sra. B", mostrando un mensaje de texto que él le envió la mañana de
la entrevista.
La "Sra. B" le envió fotos de la película.
"La mayoría de las veces me escribe para pedirme
perdón. Eso es porque él es el que me traicionó", dijo.
Ahora la "Sra. B" trabaja en un bar en Yangpyeong,
en el este de Seúl, vendiendo café.
Y explica que aceptó por dinero que el director Yun la
grabara.
"En ese momento el dinero lo era todo para mí, pero ya
no pienso así", manifiesta.
"Sacrifiqué todo por mis hijos. Pero ahora que tengo
más de 50 años quiero vivir para mí misma, persiguiendo mi felicidad. Ya no
quiero tener nada que ver con el tráfico y el contrabando".
Fuente
https://elcomercio.pe/mundo/asia/historia-me-vendieron-hombre-chino-luego-me-converti-traficante-mujeres-escapaban-corea-norte-noticia-588066