domingo, 2 de agosto de 2020

Explotación sexual en el Territorio Nacional de La Pampa Central

Explotación sexual en el Territorio Nacional de La Pampa Central

 PUBLICADO: 05 JULIO 2020


Por Margarita Bastián*

 

Acerca de la prostitución.

 

En uno de los capítulos del libro "Historia y Género",  de los editores María Herminia Di Liscia, María Eugenia Caviglia y Daniel Villar, se analiza la prostitución en el entonces Territorio Nacional de La Pampa. La investigación, a cargo de María Herminia Di Liscia, Ana María Rodríguez y María José Billorou, expresa que en el entonces territorio, la prostitución se encuadra en una ordenanza de 1911.

 

En la Argentina, la legislación sobre el tema comenzó en 1875, siguiendo los lineamientos generales de Francia, Italia, Inglaterra y gran parte del mundo. La justificación moral de considerarla "un mal necesario" como así el discurso higienista, provienen de Europa.

 

En nuestro territorio, tres poderes ejercían el control - el municipio (político- administrativo), la policía (control) y la sanidad (médicos). Los prostíbulos se denominaban "casas de tolerancia" o "lenocinio". Estos "edificios" debían estar alejados de escuelas e iglesias (entre 3 y 5 cuadras), no podían ostentar signos exteriores, debían respetar los horarios, no podían ingresar varones menores de 18 años y debían mantener en secreto la actividad.

 

Según la reglamentación, existían pupilas y regentas, consideradas también prostitutas. El control sanitario se realizaba dos veces por semana y se asentaba en la libreta sanitaria. Cada mujer tenía que comprar los elementos para la revisación: espéculo e irrigador. El "lenocinio" funcionaba como un internado: no podían asomarse a las ventanas, sólo salían dos veces a la semana (para ir al médico), no podían hablar con los transeúntes ni concurrir a fiestas o carnavales.

 

Los registros encontrados, que fuentes son limitadas, pertenecen a Caleufú y Uriburu. Las autoras de la investigación plantean lo llamativo de las fotografías halladas. Dichos registros, similares a un prontuario policial, se encuentran en el Archivo Histórico Provincial y muestran imágenes de distintas mujeres, en muchos casos, con la misma "escenografía" y algunas con la misma vestimenta.

 

Según las fuentes halladas, en casi 8 años se verifica el movimiento de 105 prostitutas. Su permanencia es estacional,  ya que rotan dado que "se variaba la mercadería" para agradar a los clientes. La edad promedio de estas mujeres es de 28 años, la mayoría solteras y en menor número, casadas y viudas.

 

Todas pobres.

 

En ese período, las "casas de tolerancia" o "lenocinio" se ubicaban cerca de donde se llevaban a cabo actividades económicas ligadas a la cosecha.  Recordemos que en los grandes centros urbanos, como Buenos Aires y Rosario, las "exigencias" de la "clientela" requería de mujeres "más sofisticadas". La trata de blancas en nuestro país se orientó particularmente hacia las mujeres polacas, "captadas" por redes mafiosas mediante engaños y que, gracias al accionar de anarquistas y socialistas se pudieron llevar a cabo accciones para defenderlas.

 


 

 

En el Archivo Historici Provincial, además del trabajo realizado por el Instituto Interdisciplinario de la Mujer perteneciente a la Universidad Nacional de La Pampa, se encuentra documentación relacionada a Juan Bautista Bairoleto. En uno de sus libros el investigador Hugo Chumbita menciona que Bairoleto, que por entonces vivía en Eduardo Castex, se enamora de una prostituta y por ese motivo se enfrenta con el gendarme Farache - quién también la pretendía -, y le da muerte. Allí comienza la larga huída de Bairoleto hacia tierras mendocinas.

 

Transcurrido el tiempo, el 28 de mayo de 2009, se puso fin a los prostíbulos en Santa Rosa, gracias a la extraordinaria tarea de Mónica Molina, desde su  secretaría en la Municipalidad de Santa Rosa, y junto a la militancia feminista. La trata de blancas y la explotación del "comercio de la carne" continúan. El negocio, unos de los más grandes de la historia de la humanidad, tiene una red de implicados enorme.

 

Ninguna mujer nace para puta, como nos enseñó y nos sigue enseñando Sonia Sánchez. El Estado debe crear las condiciones necesarias y alternativas para terminar, como sostenemos las abolicionistas, con este deshumanizante mercado. No somos moralistas. Sostenemos que hay que seguir luchando para crear las oportunidades y sustento legal, priorizando al ser por encima del "deber ser".


*docente

Fuente

http://www.radiokermes.com/opinion/3142-explotacion-sexual-en-el-territorio-nacional-de-la-pampa-central?fbclid=IwAR1WY_5BPnxPL--2CkX64j7AfSBpJo9bkzKLT-WkzU_hdygecyxCRQ0V4aM#.XwII4u7_Lck.facebook


Nota: las imágenes están en la nota original.