Elena Moncada - Testimonio de prostitución
Elena Moncada: “Se
tiene que entender que la prostitución no es un trabajo”
13 Noviembre 2013
Elena Moncada, una santafesina que estuvo en situación de
prostitución, escribió un libro sobre su experiencia. A poco de su presentación
oficial, cuestiona los estereotipos y comparte su historia. “Con el libro me
saqué una mochila de encima. Es sanador. Y ahora encuentro que lo que me pasó a
mí, le pasó a miles. Hay muchas Elenas”, marcó.
Foto 1/1 Elena
Moncada reflexionó sobre la naturalización de las situaciones de violencia
contra las mujeres. EL NORTE
“Yo elijo contar mi historia porque me parece que prejuzgamos a las chicas. Quiero que cuando lean el libro puedan entender que no están eligiendo estar ahí. No quiero que la gente diga que son putas y les gusta la vida fácil. La gente tiene que entender que esas mujeres necesitan ayuda y que no lo eligen. Yo no lo elegí”. Elena Moncada estuvo muchos años en situación de prostitución y un día decidió cambiar su vida. Ahora, después de muchos años de trabajo cuenta cómo fue ese proceso, cómo terminó en las calles y por qué fue tan difícil dejarlo. Una historia honesta que busca desandar prejuicios y hablar de elecciones.
“Yo elijo contar mi historia” es el libro que escribió con la ayuda de integrantes de la ONG Canoa –como Javier Bonatti y Marcos Barberis– y con la de Cecilia Rugna. En él desanda su vida y reflexiona sobre la naturalización de las situaciones de violencia hacia las mujeres. Señaló que ella no eligió prostituirse sino que hubo diferentes situaciones que la condujeron en ese camino. También se refirió a los prejuicios que circulan sobre las mujeres que están en las calles.
Prevención
Hoy trabaja fuertemente en
materia de prevención de VIH y en otras actividades a través de una ONG y
cuenta cómo cambió su vida. “Yo no quise eso para mis hijas ni para
ninguna persona que quiero”, aclaró y siguió: “A veces se cree que el único que
piensa es el que te maneja y que vos sólo estás en la esquina pero esas mujeres
tienen proyectos de vida. Sólo que no hay herramientas, más si te agarra un
tipo que te amenaza con tus hijos o tu familia. El abanico de la prostitución
es enorme y algunas no salen por los hijos, otras no salen porque lo han
naturalizado”.
En cuanto a la decisión de
escribir el libro, Elena Moncada señaló que no fue sencillo, aunque siempre
había pensado en esa posibilidad. “A mí me parecía que a una persona no le
podían pasar tantas cosas”, dijo y contó que a partir de ese ejercicio
empezó a repensar las cosas que había vivido y cómo había naturalizado las
situaciones de agresión. “Yo siento que con el libro me saqué una mochila de
encima. Es sanador. Y ahora encuentro que lo que me pasó a mí le pasó a miles,
hay muchas Elenas”, comentó al diario Uno. “Se tiene que entender que la prostitución
no es un trabajo”, puntualizó.
Decisiones y opciones
Ella es santafesina pero durante muchos años estuvo viviendo
en Buenos Aires, en situación de prostitución. Cuando decidió dejarlo tenía 38
años y volvió a Santa Fe para trabajar en materia de prevención de VIH y poder
estar más con su familia.
¿Cómo empezó tu historia? “Yo
había sido víctima de violencia por parte del papá de mis hijos y por eso había
terminado la relación. Después pasé por el enamoramiento. Me fui de mi casa por
un hombre que regenteaba mujeres. Tenía 23 años y cuatro hijos. Duré dos años
con él y después me escapé. Luego encontré un fiolo que también me pegaba y
entré al mundo de las drogas. A mí me hacían hacer plazas, que era ir a otra
ciudad y “trabajar” dos semanas, pero cuando terminaba me encerraban. Fui
víctima de trata, aunque en ese momento no me daba cuenta. También fui violada
muchas veces cuando estuve en la calle. Hay muchas cosas que ahora me doy
cuenta como que estuve con chicas secuestradas que me decían que les faltaban dos
años y las liberaban. Yo no lo entendía en ese momento, tenía 23 años y estaba
descubriendo el mundo”.
Naturalidad
Decís que naturalizaste muchas
cosas, ¿qué era lo que veías como normal? “Naturalizás todo; que te vas con un fiolo
y que la prostitución es normal, es un trabajo. Y ahí empecé a descubrir esa
Elena que nunca quise ser. Para mí tener un fiolo era normal y pensaba que
gracias a él conocía Buenos Aires y un montón de provincias a las que me
llevaba. Hoy me doy cuenta de que nada de eso era natural, pero no tenía a
nadie que me enseñe o que me lo diga. No tenía amigos ni me dejaban hablar con
nadie”. “Yo pasé por muchos lugares –siguió–. Incluso llegué a regentear
negocios. Hice todo lo que me hicieron a mí, sin darme cuenta. Es que llega un
momento en el que te sentís importante porque cada cosa que va surgiendo te
hace crecer en jerarquía. De todas maneras creo que no me porté mal porque
muchas de esas chicas hoy son mis amigas y me buscan”.
¿Y tus hijos cómo lo tomaban?
“Mis hijos se fueron a vivir con el papá. No los pude retener porque tenía
fechas pautadas que formaban parte de lo que vivía y naturalizaba en ese
momento. Mis hijos me pasaron factura mucho tiempo y obviamente me correspondía
hacerme cargo de eso. Ellos sufrieron mucho en Buenos Aires y una de mis hijas
me reprochó que yo había podido elegir y preferí quedarme allá. Pero nadie me
había enseñado a ser mamá, ni lo había podido vivir. Pero cuando cumplí los 38
me pregunté qué quería hacer. Me desperté drogada y pensé dónde quería estar a
mis 40. Me asustaba cómo podía terminar porque una no podía poner límites ni
construir nada”.
Fuente
http://www.diarioelnorte.com.ar/nota32423_elena-moncada-%E2%80%9Cse-tiene-que-entender-que-la-prostitucion-no-es-un-trabajo%E2%80%9D.html
Nota: la imagen es del original
Nota: la imagen es del original
No hay comentarios:
Publicar un comentario