Testimonio de prostitución
18 mayo 2018
Corazón Ambar
Entrevista completa realizada por Sandra Rodriguez del
diario Publico.es a Ambar IL (Helga F. Moreno) para la redacción de su articulo
“En el feminismo encontré mi ruta de lucha para sobrevivir al infierno de la
explotación sexual” :
¿Dónde empieza tu
historia?
Soy española, de Barcelona. Mi historia empieza cuando a los
18 años tengo que escapar de mi casa por los abusos sexuales que sufría por
parte de mi abuelo con el que vivía desde niña y el maltrato psicológico en la
familia. Acabé a 3000 km de mi ciudad, durmiendo en pensiones de mala muerte,
sufriendo acoso por parte de los dueños de las mismas y de algunos inquilinos y
al final robando latas de conservas para poder comer. Acabé siendo captada para
la explotación sexual por un anuncio de empleo en la prensa que buscaban
azafatas comerciales.
¿Cómo es el día a día
de una víctima de trata?
El día a día es complicado y difícil. Yo recuerdo escribir
llorando un diario que tenía y lo comparaba como ir a una ejecución, como si
estuviera en mi propio corredor de la muerte. Es soportar, es aguantar a los
puteros y proxenetas y sus abusos, sus violencias, humillaciones. Aguantar y
sobrevivir como puedes, engañándote a ti misma para no pensar que estás
haciendo allí, que te están haciendo. Es paradójico pero mis años prostituida
los comparo ahora con los años de mi infancia en los que era abusada
sexualmente por mi abuelo. Estaba allí presente de cuerpo, físicamente, pero
mentalmente no estaba porque era insoportable ser consciente de esa violencia
hacia mi persona. Lo curioso es que no podía rebelarme contra ello, no sabía,
no tenía las herramientas para hacerlo ni de niña de adulta como víctima de
trata. Lo soportaba simplemente, me resignaba a ello, como si fuera mi única
opción. No sabía que no lo era, pero me habían hecho creer que sí, que mi única
salida era esa, el ser violentada y abusada sexual y psicológicamente.
¿Te reconoces como
víctima desde el primer momento?
Que va, para nada. Yo al menos no me reconocía como tal
hasta que pude escapar del sistema prostituyente. Mis propias vulnerabilidades,
mis cadenas invisibles psicológicas que ya traía conmigo e iba incrementando al
ser prostituida me lo impedían. Incluso pensaba que era mi trabajo, que los
proxenetas eran empresarios, mis jefes, yo una empleada y los puteros los
clientes. Está claro que las cadenas que comento ayudan a que no te reconozcas
como víctima. La fuerte manipulación psicológica de los proxenetas acrecienta y
fomenta esa creencia de que estás simplemente cumpliendo con un trabajo, que no
te están explotando ni abusando sexualmente y de que si no estás allí con
ellos, tu suerte sería mucho peor. Lo terrible es que crees que tienen razón,
no lo cuestionas porque de dónde vienes, no era mucho mejor. Indefensión
aprendida brutal. Tristemente una situación retroalimenta a la otra.
¿Cuál es el proceso
para salir de la trata de mujeres?
En mi caso fue un proceso largo porque al no reconocerme
como víctima no tenía fuerzas, estaba rota psicológicamente y carecía de
herramientas para hacer frente, para reaccionar ante estas situaciones de
violencia y explotación de las que ni era consciente que estaba sufriendo.
Desarrollé estrés postraumático complejo, que a día de hoy aún me acompaña.
Anorexia y bulimia severas que se prolongaron casi veinte años, intentos de
suicidio, consumí cocaína, violencia de género por parte de algunas parejas.
Todo ello para soportar el dolor del día a día de toda esa violencia sexual y
psicológica que estaba sufriendo. Yo no salí de un día para otro, fue
progresivo. Te vas viendo fuera de los pisos con algunos clientes de manera
autónoma a pesar de las amenazas de los proxenetas y llega un día en que te das
cuenta de que no puedes más, que no aguantas que nadie abuse otra vez de ti,
que nadie te toque de esa manera, bajo esas condiciones de sometimiento, de
violencia sexual y psicológica y decides que ya no más. Pero ya digo que en mi
caso al menos fue un proceso muy largo poder llegar a salir completamente del
sistema prostituyente. Te atrapa de una manera brutal por tus propias
vulnerabilidades y cadenas invisibles que no sabes cómo cortar.
¿Qué parte de
implicación hay por parte de las instituciones y el Estado? Tanto para ayudar
como en términos de corrupción
Mucha implicación. Para empezar al menos en mi situación,
estando tutelada por el estado como estaba cuando me dejaron bajo la custodia
de mis abuelos paternos, el estado no hizo su trabajo de supervisión y
vigilancia así que obviaron completamente mi bienestar y por ende que estaba
sufriendo abusos sexuales en esa casa, por lo que la cadena de acontecimientos
posteriores en mi vida entre ellas la prostitución, probablemente no hubieran existido
si hubieran hecho bien su trabajo como correspondía. Eso para empezar. Para
continuar, las instituciones, el estado es el primer opresor en muchos casos,
cuando mira hacia otro lado en lo referente a la trata puesto que no pone
medidas, no aporta soluciones o aporta muy pocas, más bien suele formar parte
del propio proxenetismo cuando permite que delante de sus narices se trafique y
comercie con mujeres, se explote a mujeres, se capte a mujeres, chicas, niñas
para la violencia, para la explotación sexual y no hace nada para acabar con
ello. No ofrece ayudas para erradicar estas diversas situaciones de
vulnerabilidad que propiciaran que muchas de estas niñas, mujeres acabemos
siendo explotadas sexualmente. No ofrece alternativas, ayudas para que poder salir
del sistema prostituyente y reconstruirnos como mujeres. No ofrece ayudas de
reinserción psicológica, ni laboral, ni social cuando, con suerte, estás fuera
de la espiral prostituyente y te vuelve a marginar de nuevo, te vuelve a
estigmatizar, abandonar e invisibilizar como lo ha hecho siempre, en mi caso,
desde la infancia.
¿Denunciaste alguna
vez?
No, nunca denuncié porque como he dicho no me reconocía como
víctima, creía que esa situación era la que me tocaba vivir, me resignaba
completamente a pesar de que todos los trastornos psicológicos, intentos de
suicidio y adicción que desarrollé gritaban en silencio lo contrario. Pero no
era capaz de verlo porque como digo la manipulación psicológica, la indefensión
aprendida que ya traes en tu vida facilita mucho tu silencio, circunstancia que
es aprovechada tanto por los abusadores en tu infancia como por los proxenetas
y los propios puteros en tu vida adulta como víctima de trata. Yo por mi misma
no podía ni sabía ver el cariz de todo lo que estaba viviendo, tampoco había
nadie que se preocupara de hacérmelo ver. Así que no, nunca denuncié que estaba
siendo explotada sexualmente.
¿Es algo que cuesta
demostrar y que te crean?
Bastante porque el mito de la libre elección tiene un gran
peso social, es un componente que juega en contra de las víctimas de trata e
incluso de muchas mujeres que lo hacen de manera autónoma. Yo misma como he
dicho, por mi indefensión aprendida, por mis cadenas invisibles, no me
reconocía como tal ni cuando estaba siendo explotada sexualmente por proxenetas
ni en el tiempo que estuve por mi cuenta. En ambos casos pensaba que era eso,
mi libre elección sin cuestionarme ni analizar en ningún momento el
efecto-causa, las consecuencias, las cadenas invisibles que me anclaban a ello.
Y esta cuestión de la libre elección, este concepto tan dura y socialmente
arraigado es algo que hay que remarcar, visibilizar y analizar de una manera
ferviente y directa.
Cuando eres puta,
¿eres invisible para la sociedad?
Muchísimo. Además de como digo la carga estigmatizante que
ya de por si conlleva por si sola la palabra prostitución, el acto en si está
mil veces más estigmatizado, cargado de marginación y rechazo. Y lo triste es
que tú misma cargas con esa losa, tu misma te impones esa invisibilidad por
toda esta carga que conlleva. Eres
invisible porque la sociedad no se plantea por qué estás allí ni hace nada por
evitarlo, al estado no le importa que te estén explotando sexualmente, al
proxeneta lejos de importarle se lucra y se aprovecha de tu vulnerabilidad al
igual que se beneficia y aprovecha el putero. En los años que estuve
prostituida nadie apareció en mi vida para preguntarme porque estaba allí,
nadie me tendió una mano, nadie me ofreció una alternativa, nadie me preguntó
porque mi camino había sido ese y no otro, porque razones había acabado en
manos de esos proxenetas, porque permitía que me explotaran sexualmente. Ni yo
misma me lo preguntaba por sabía que no solo era invisible para el mundo,
también lo era para mí misma.
¿Qué ha supuesto para
ti el feminismo?
Está significando mucho y sigo formándome cada día en la
medida que puedo en él. Llevo doce años hablando en mis blogs, mi página web,
en redes sociales de los abusos sexuales y maltrato que sufrí en mi infancia,
de las secuelas y consecuencias que han tenido en mi vida. Pero solo llevo un
año hablando de mi etapa como superviviente de trata, de mi etapa como
prostituida y en la prostitución. He roto el silencio acerca de esa época de mi
vida hace relativamente poco así como también hace relativamente poco de mi
incursión, de mi interés por el feminismo a raíz de, como digo, empezar a
hablar de mi vida como superviviente de prostitución. Yo no sabía nada de
feminismo hasta hace un año que ha sido cuando he empezado a conocerlo, cuando
he empezado a conocer a mujeres feministas, valientes, tenaces, luchadoras y
reivindicativas que me han hecho ver que mi lucha también forma parte de ese
feminismo. No me había planteado nunca que casi todas las violencias sexuales,
físicas y psicológicas que he sufrido a la largo de mi vida y desde mi infancia
han formado parte de un patriarcado ferozmente instaurado en nuestras
sociedades, en nuestra educación, en nuestras casas, en nuestras familias y que
en consecuencia es un firme, agresivo y nocivo maestro de todas ellas. Estoy
descubriendo que el feminismo lucha por todos estos derechos que yo no tuve,
por tantos otros derechos que no han tenido ni tienen millones de mujeres, por
vidas dignas sin violencias de ningún tipo, por igualdades reales, porque el
ser mujer no conlleve suscrito el cartel de vulnerabilidad, ni de sometimiento,
ni de dolor. Que ser mujer signifique LIBERTAD.
¿Se logra recuperarse
del todo?
Sinceramente del todo no. Sí que es verdad que con suerte
logras ir reconstruyéndote poco a poco, que logras rehacer tu vida, como digo
poco a poco, pero es un camino largo puesto que el estréspostraumático que nos
acompaña a muchas mujeres que hemos sufrido explotación sexual, prostitución,
condiciona de manera importante nuestras vidas y alarga el proceso. Al menos en
mi caso es así. El no recibir ayuda reinsertadora psicológica, laboral,
emocional por parte del estado ni de la sociedad, la carga como he dicho
estigmatizante que conllevan este tipo de vivencias pesa mucho en tu vida y al
carecer por ti misma de herramientas para tu reinserción, para tu propia
recuperación como mujer en todos los aspectos, lo hace más complicado y largo
el proceso. Tengo una vida estable y tranquila, he creado una familia e intento
recuperarme como mujer e ir recuperando poco a poco esa vida que me robaron
durante tantos años.
¿Estamos cerca de
erradicar la prostitución o se está legitimando?
Quizá los enfoques que se están promoviendo o intentando
visibilizar para la erradicación no están dando sus frutos o no son los
correctos para calar en la sociedad o en las políticas de estado para que
realmente se obre un cambio real en este tema a todos los niveles. Pienso que
queda mucho por hacer al respecto. Es cierto que está cobrando fuerza sobre todo
a nivel social la idea de la legitimización, promovida por ciertos colectivos y
determinados partidos políticos. Este mensaje, junto al ya romantizado e
instaurado socialmente que ya tiene en algunos aspectos la prostitución, lo
hace más atractivo y por ende dificulta sistemáticamente el mensaje contrario.
¿Cómo es la nueva
Ambar?
Luchadora, sigo siendo una luchadora, como lo he sido
siempre para conseguir hacerme un sitio en esta jungla que ha sido la vida.
Para conseguir sobrevivir a todas estas violencias y a toda esta hostilidad
familiar, social y estatal y seguir aquí, de pie y con una vida estable y
tranquila. Una Ambar resiliente, que resurgió de las cenizas a las que la
propia vida, la propia familia, la lanzaron desde la infancia. Una Ambar que intento
reconstruir cada día interiormente a pesar del estréspostraumatico que me
condiciona. Una Ambar que está haciendo de su propia historia una gran lucha
para concienciar, visibilizar y ayudar en la medida que pueda al resto del
mundo.
¿Este 8-M ha sido
distinto a los demás?
Por supuesto, este 8-M ha sido distinto, a pasado a ser un
grito desgarrador, un grito de rebeldía, un grito unísono de todas las mujeres
del mundo hacia los estados opresores, hacía un patriarcado que nos ha
violentado, que nos violenta, margina y anula de múltiples y diversas maneras
desde hace siglos. Del recuerdo, del homenaje por las cientos de mujeres que
murieron quemadas en aquella fábrica aquel 8 de marzo de 1908 que fue el suceso
que dio, desgraciadamente el origen a este día conmemorativo, a pasado a ser
además este 8 de marzo del 2018 el día en que las mujeres del mundo dijimos
BASTA!
¿Cómo son los hombres
que demandan prostitución?
Mi opinión es que los hay de todo tipo, no hay un perfil
concreto. En todos los años que pasé prostituida y en la prostitución los
puteros que traté y conocí eran de todas las edades, clases sociales y niveles
educativos. No puedo decir “está clase de putero se repite más que otro” puesto
que con los años en el sistema prostituyente te das cuenta de que no es así.
Con el tiempo ves que todos buscan lo mismo y ya no sólo en el plano sexual
sino sobre todo en lo que concierne al poder que ejercen, al poder que creen
que poseen sobre ti cuando ponen “su dinero” para comprarte esa hora.
https://ambarinfancialibre.com/la-entrevista-detras-del-articulo/
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