Testimonio de prostitución
La ley del silencio del porno: por qué los actores y
actrices no pueden hablar
Nikki Benz sufrió una violación mientras rodaba una
película. La falta de pruebas y la escasez de apoyo colectivo e institucional
hacen que todavía pida justicia
E. ZAMORANO
29.05.2018 –
Desde que el año pasado saltara a la palestra el #MeToo, las
estrellas de Hollywood dieron voz a toda una serie de abusos sexuales
perpetrados por directores, productores y actores con el fin de conseguir
favores profesionales o en base a meras conductas machistas para con las
actrices. El movimiento, en pleno auge, a día de hoy sirve para dar visibilidad
a este grave problema no solo en el cine, sino también en todas las esferas
profesionales, y para que muchas mujeres de todo el mundo digan: “Esto me ha
pasado y no me tiene por qué volver a pasar jamás”. Sin embargo, existe una
industria en la que impera la ley del silencio en torno a estos temas, uno de
los negocios más rentables y vulnerables a este tipo de prácticas violentas: el
porno.
"Estoy muy desconcertada sobre por qué las actrices
convencionales están recibiendo el reconocimiento por parte de la justicia a la
hora de denunciar a sus acosadores. Yo, sin embargo, llevo un año hablando
sobre lo que me pasó y todavía espero una respuesta. Estoy destrozada solo por
tener que suplicar ser considerada como un ser humano". Diez meses antes
de que se extendiera el #MeToo, la estrella del porno de 36 años Nikki Benz
declaró por Twitter haber sido víctima de una violación grabada en un set de
rodaje pornográfico. Por entonces, nadie la creyó ni recibió el más mínimo
apoyo por parte de jueces y opinión pública. Ahora, meses después, su caso
sigue sin estar aclarado. Sus acosadores, el actor Tony T y su compañero de
escena, Ramón Nomar, están libres de culpa y sentencia.
Aunque accedí a realizar sexo anal, en ningún momento acepté
tal nivel de violencia
El 18 de diciembre de 2016, Nikki Benz tomaba un vuelo junto
a su compañera y amiga de rodaje Jesse Jane. "Ella se vino abajo en el
avión", narra Jane en un artículo de 'BuzzFeed'. "Me dijo que había
sido violada el día anterior". Ella la creyó, pero no los jueces. Los
hechos se remontan a una mañana en la que el director pidió encarecidamente al
resto del equipo técnico que abandonara la sala. El único atuendo para Benz fue
un pasamontañas. Según el informe policial, Benz fue amordazada y Tony T. se
acercó por detrás para intentar asfixiarla, luego le arrancó la ropa interior a
mordiscos y la penetró tan fuerte que "la sangre salpicó las paredes blancas".
Al día siguiente y animada por sus compañeras, Benz denunció
ante la policía que "aunque ella había accedido a realizar sexo anal, en
ningún momento aceptó que se cometiera ese nivel de violencia durante la
escena". La reacción de los dos denunciados fue demandar a la actriz por
difamación e injurias contra su persona e imagen. Nomar terminó por retirar la
querella, mientras que Tony T. todavía persigue una indemnización por las
graves confesiones de Benz. Actualmente, sigue negándolas y afirma que estas
"denuncias falsas" han afectado seriamente a su carrera como actor
porno. En la querella, Tony T. alega que la asfixia fue "simulada" y
aceptada por la actriz de antemano en una supuesta llamada telefónica mantenida
entre ambos en la que Tony T. pidió a Benz: "Queremos que superes tus
límites".
Al verse abandonada y silenciada tanto por los propios
compañeros y compañeras como por el sistema judicial, Benz decició presentar
una nueva demanda, esta vez contra la productora pornográfica MindGeek. Debido
a que gran parte del día fue filmado en vídeo, Benz pensó que su caso estaría
"pan comido", tal y como lo expresa en el reportaje de 'BuzzFeed'.
Sin embargo, el fiscal del distrito alegó que la actriz no podía demostrar no
haberlo consentido de antemano con los actores y el director. "Dijo que no
podía diferenciar si estaba actuando o siendo violada", comenta la actriz.
Finalmente, la demanda fue tumbada por "la ausencia de pruebas".
Después de todo el auge del #MeToo entre las actrices de
Hollywood, Benz hace patente la indefensión de las actrices para adultos y el
poco respaldo por parte de la ciudadanía y de la justicia de los casos de
violaciones en la industria. "No he percibido esa solidaridad, las
actrices porno tienen aún más miedo que las convencionales a no ser creídas y
que se arruinen sus carreras. ¿Por qué debo luchar contra viento y marea para
demostrar que fui víctima de una violación sexual durante un rodaje?", se
pregunta Benz. Brazzers, la compañía propietaria de MindGeek dijo que la escena
se lanzaría a pesar de toda la polémica. "Simplemente editarían las peores
partes", aseguró la actriz en una entrevista. Al final, la empresa no
lanzó el vídeo y afirmó estar investigando todo lo ocurrido. Además, Tony T.
fue despedido por Brazzers, pero Nomar, quien retiró la denuncia contra Benz,
sigue en activo.
"Brazzers posee toda la industria pornográfica. Las
mujeres no tienen más opción que aceptar el abuso o dejar de alimentar a sus
familias". Con este tuit la actriz Dana Armond opinó sobre el tema de
Benz. "Conozco a mucha gente en la industria que todavía están demasiado
aterrorizadas para salir", comenta Jacky St. James, directora porno. Para
la actriz retirada Gen Padova, la situación va mucho más allá: "Si una
intérprete se queja antes, durante o después de una escena, o incluso si se
niega a rodar, podría ser tildada de 'diva' o 'alborotadora' y perder el
trabajo".
Las sentencias judiciales no llegan y las actrices no
encuentran el apoyo ni en la calle ni en los juzgados
"Mientras el #MeToo ha desencadenado una avalancha de
apoyo para las mujeres en muchas industrias, el movimiento no ha sacado a la
luz las historias de las trabajadoras sexuales", admite el actor y músico
porno Carter Cruise. "No se ve ningún reconomiento del caso de Nikki Benz
por parte de las precursoras del #MeToo". Los casos de violación dentro
del porno, sin embargo, se multiplican. Al menos nueve mujeres, incluidas las
célebres actrices Stoya y Joanna Angel, declararon haber sido agredidas
sexualmente por el famoso actor James Deen. Más nombres: Rico Strong sobrepasó
supuestamente los límites con Leigh Raven y Riley Nixon en un vídeo rodado en
marzo de este año. La caja de pandora de los abusos sexuales está abriéndose
cada vez más, pero las sentencias judiciales no llegan y las actrices no
encuentran el apoyo ni en la calle ni en los juzgados.
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"El miedo es un gran medio para controlar a las
personas", reconoce Benz. "Muchas chicas viven de su sueldo, de nada
más. Tienen miedo de pronunciarse contra Brazzers. Simplemente, tienen pavor a
hablar". Además del temor razonable, el mundo pornográfico carece de
canales formales para denunciar. La industria está descentralizada y sin
regular más allá de su protocolo de pruebas de enfermedades de transmisión
sexual. Alana Evans, presidenta del Gremio de Actores del Cine para Adultos,
está luchando porque los productores de las películas firmen un acuerdo por
escrito de consentimiento de actos sexuales con las actrices. Este fue uno de
los problemas del caso de Benz: que la escena no tuviera ni guión escrito ni un
documento firmado.
"Solo quiero que la industria sea mucho más segura para
todas", puntualizó Benz. "Las listas de consentimiento escritas
ayudarían a proteger tanto a los productores como a los talentos. Tendría que
haber habido un guión aquel día, pero al ser embajadora de la marca Brazzers
supuse que estaba protegida". Por más desalentador que parezca todo lo
ocurrido hasta la fecha, la actriz no tiene más opciones: "Tengo que
hacerlo. Si no me defiendo, ¿quién lo hará por mí?"
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-05-29/porno-ley-del-silencio-metoo-actores-actrices_1570210/
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